Conferencia dada en Milán, Italia. Misión de los 80
Acto público del 18 de octubre de 1981, en el Teatro Carcano
Existen enormes problemas en el mundo que nosotros no podemos arreglar.
Problemas entre culturas, sistemas y paises.
Como podriamos arreglarlos, si no contamos con programas ni planes concretos.
Nosotros no hemos inventado este mundo.
Ni tenemos poder de decision para cambiar las cosas.
Es que nuestro planteo es más humilde y se refiere solo al cambio del individuo y su medio inmediato.
Es mucha la gente que quiere cambiar su vida.
Pero no podrá hacerlo si no se reconcilia con su proprio pasado.
Y con su medio inmediato.
No habrà cambio sin reconciliaciòn.
Por eso nosotros decimos: deja por primera vez de buscar culpables.
Tu y el otro son responsables de lo que una vez hicieron, pero nadie es culpable de lo sucedido.
Ojalà se pueda declarar: no hay culpables.
Y se establesca como obligación para cada ser humano, reconciliarse con su proprio pasado.
Esto empezará aquí y ahora.
En ti y en mi.
Y seremos responsables de que esto continúe entre aquellos que nos rodean.
Así hasta llegar al ¡último rincón de la Tierra!
Si la dirección de tu vida no ha cambiado todavía, necesitas hacerlo.
Pero si ya cambió necesitas fortalecerla.
Para que todo esto sea posible.
Acompáñame en un acto libre, valiante y profundo que sea además un compromiso:
Pongamonos en pié y frente a nuestro futuro preguntemos:
“¿Es necesario para mi y para otros que cambie o se fortalezca la direcciòn de mi vida?…”
Entonces en silencio escuchemos nuestra voz interna:
“¿Es necesario para mi y para otros que cambie o se fortalezca la direcciòn de mi vida?…”
“¿Quiero cambiar o fortalecer la dirección de mi vida?…”
“¿Tengo esperanza en que cambiará o se fortalecerá la direccion de mi vida…?
“Entonces que brote en mi la Fuerza y la Luz de la vida.”
Hoy y no mañana ve a la reconciliación; abraza a tu pareja y a tu hijo, a tu madre y a tu padre, saluda tu amigo y tu enemigo y dile con el corazón abierto: “algo grande y nuevo sucedió hoy en mi”.
Y esplícales luego que pasó, para que ellos también puedan llevar este mensaje.
Quisiera repetir estas frases:
Hoy y no mañana ve a la reconciliación; abraza a tu pareja y a tu hijo, a tu madre y a tu padre, saluda tu amigo y tu enemigo y dile con el corazón abierto: “algo grande y nuevo sucedió hoy en mi”.
Y esplícales luego que pasó, para que ellos también puedan llevar este mensaje.
Paz, Fuerza y Alegría.