TERCER DÍA (30-09-78)
Hoy vamos a aburrirnos un poco. Ustedes son gente extraña, que recorren muchos kilómetros para meterse en una pieza. (Risas). Como hoy va a ser un poco aburrido este asunto, y hay muchos grabadores, podrían ir a la playa unos cuantos y después escuchan las cintas en un momento más adecuado. (Risas).
Como nosotros somos también topógrafos de la conciencia, vamos a sacar un palo y ponernos a dibujar el mapa, el plano de la conciencia a fin de reestudiar como estaba el paisaje hace un tiempo, para no perdernos en posteriores caminos. Será también bueno comprender cómo estructuramos en general nuestros estudios.
Nosotros hacemos estudios de sicología teórica descriptiva de la conciencia y del comportamiento. Pero también hacemos sicología práctica, y utilizamos para eso técnicas exploratorias y de trabajo sobre uno mismo. Esta sicología práctica, nosotros la hemos ordenado según cursos. Así pues, , estudiamos y trabajamos técnicas de distensión, cuyo interés final es el de bajar los ruidos de la conciencia.
También trabajamos técnicas de autoconocimiento. Las técnicas de autoconocimiento, tienen por finalidad conocer y modificar los determinismos que básicamente actúan sobre la conciencia, desde memoria. Los determinismos que producen las grabaciones biográficas, y que se compensan mediante ensueños, y que permiten por otra parte estructurar roles de actividad en el mundo, etc. Estos son los intereses que hay puestos en estos trabajos de autoconocimiento.
También utilizamos técnicas sicofísicas, o de gimnasia sicofísica si quieren llamarla así, cuya finalidad es la de ordenar las respuestas conductuales hacia el mundo.
Utilizamos en otro curso, las técnicas de operativa. Estas técnicas operativas tienen que ver con sistemas prácticos de trabajo que hemos conocido como de catarsis, ocupado este tema de las catarsis, ocupado de bajar las tensiones profundas, las tensiones de niveles profundos, a fin de aliviar las sobrecargas de la conciencia. Y también estas otras técnicas de operativa que conocemos como transferenciales, , cuya finalidad es la de permitir la integración de contenidos. , que de otro modo absorben, concentran, detienen el proceso energético de la conciencia. Esta integración de contenidos de la que hay registros más o menos precisos, y de la que hay indicadores, esta integración de contenidos se manifiesta sobre todo en los procesos post-transferenciales, en los procesos de reelaboración.
También trabajamos con otras técnicas y para eso se ha organizado otro curso que es el de autotransferencia. Las técnicas autotransferenciales tienen una pretensión similar a la de las técnicas de operativa, sólo que su procedimiento difiere de la utilización de un guía no ya externo, sino un guía interno, es decir un sistema de imagen, un sistema de imagen que permita, de todos modos, determinar ese proceso.
Estamos tratando de mostrar los grandes bloques con que trabajamos. Hemos hablado de una suerte de sicología teórica, estamos hablando de la realización práctica de esa sicología, y será bueno atender también a otros intereses que tenemos en cuanto a estudios y trabajos sobre uno mismo, y que se refieren a lo que en general llamamos Sicología Trascendental.
Los temas de la Sicología Trascendental, tocan problemas tales como la muerte, la trascendencia, la conciencia mecánica y la mente trascendental, los estados alterados de conciencia y los estados superiores de conciencia, la estructura del espacio- tiempo trascendental, el sentido de la vida y la experiencia trascendental, el sentimiento religioso como tendencia empírica a lo trascendental, y por último, y lo más interesante de todo, y la realización práctica de esta Sicología Trascendental, lo más importante de todo, nos parece, en el tipo de técnicas de contacto trascendental que conocemos primariamente como técnicas de paz interna, de silencio interno, técnicas con la Fuerza, con la Luz, etc.
Los estudiosos de estos temas van siguiéndolos, van investigándolos y al mismo tiempo los trabajan. Pero nuestra ambición va dirigida a estos últimos puntos que mencionábamos antes, los puntos prácticos de contacto con fenómenos trascendentales. Estos contactos son para nosotros lo más importante, y sería un gran beneficio si pusiéramos ponerlos a disposición directa, inmediata, de cualquier persona sin que esta persona tuviera ningún tipo de conocimiento especializado. Nuestro interés apunta a ello, apunta a que estos fenómenos de experiencia profunda puedan ser accesibles a cualquier persona común, sin conocimientos especializados.
El especialista, por tanto, se encuentra en esta situación: si lo más importante son tales fenómenos ¿para qué necesitamos entonces tanto estudio y tantos conocimientos si deberíamos ir a la experiencia misma? Está bien esto pero sucede que de no existir esos especialistas, muy frecuentemente se confundirían fenómenos de interés en este campo, con otros fenómenos de los que se pueden dar muy claras explicaciones, y que corresponden a perturbaciones, por ejemplo, de la conciencia. Así es que no está de más que haya gente conocedora en profundidad de estos temas.
Nuestra Sicología Descriptiva de la conciencia, se presenta como una suerte de circuito integrado de aparatos y de impulsos, en donde los aparatos son los aparatos receptores de los impulsos del mundo externo, a los que llamamos sentidos externos. pero también hay aparatos que reciben impulsos del mundo interno, del intracuerpo: sentidos internos. Estos sentidos internos son para nosotros de gran importancia, y han sido muy descuidados por la sicología oficial. Nosotros distinguimos numerosos sentidos internos.
También observamos que hay otros aparatos, como los de memoria, por ejemplo, que toman toda señal que llegue desde el exterior o desde el interior del sujeto. Hay otros aparatos que son los de niveles de conciencia, y aparatos por último de respuesta. Claro, todos estos aparatos en su trabajo, van utilizando la dirección, a veces, de un sistema central al que llamamos conciencia. Conciencia relaciona, coordina, el funcionamiento de los aparatos entre si.
Pero, es claro, estos aparatos se relacionan y pueden ser coordinados, merced a un sistema de impulsos. Son los impulsos los que vienen van de un aparato a otro. Impulsos que recorren el circuito a enormes velocidades, impulsos que se traducen, se deforman, se transforman, y en cada caso van dando lugar a producciones altamente diferenciadas de fenómenos de conciencia.
Son los impulsos que transitan por todo el circuito los que tienen para nosotros especialísimo interés en nuestros estudios.
Hay gentes un poco recientes en estas investigaciones, para las cuales será bueno mostrar rápidamente el funcionamiento de todo esto.
Los sensores, los sentidos, que están continuamente tomando muestras de lo que sucede en el medio externo e interno, están siempre en actividad. No hay sentido que esté quieto. Aún cuando una persona duerme y tiene los párpados cerrados, el ojo está tomando muestras de ese telón oscuro; el oído está recibiendo impulsos del mundo externo, y así con los clásicos y escolares 5 sentidos. Pero también los sentidos internos están tomando muestras de lo que va sucediendo en el intracuerpo. Sentidos que toman datos del Ph de la sangre, de la alcalinidad, de la salinidad, de la acidez; sentidos que toman datos de la presión arterial, sentidos que toman datos del azúcar en sangre, sentidos que toman datos de la temperatura. Estos sentidos continuamente están recibiendo información sus termoceptores, sus baroceptores, todos esos aparatos colocados en el interior del cuerpo, van recibiendo señales, mientras simultáneamente los sentidos externos también toman las suyas. Toda señal que van recibiendo estos inspectores extraordinarios del cuerpo, toda señal pasa a memoria y llega a conciencia. Mejor dicho, estas señales desdoblan sus impulsos y simultáneamente todo lo que se va tomando de muestra, va llegando a conciencia y va llegando a memoria. Va llegando a distintos niveles de conciencia, porque depende también de la intensidad de estos impulsos.
Hay impulsos muy débiles, subliminales, en el límite casi de la percepción. Hay impulsos que están casi en el límite del nivel perceptual o debajo de él. Hay impulsos en cambio que se hacen intolerables, porque precisamente llegan al umbral de la tolerancia, por encima del cual sus impulsos pierden la calidad de tales, de simples percepciones de un sentido dado, para convertirse en una percepción homogénea, venga del sentido que venga, que es la percepción dolorosa. Hay impulsos entonces, que según la intensidad que tengan, parecen no captarse, pero sin embargo de ellos se toma muestra. Y hay impulsos que si suben enormemente en su potencial, se convierten en intolerables para el circuito.
Hay impulsos que deberían llegar a memoria, a conciencia, y no llegan. Es el caso de los impulsos que no proceden en su recorrido, porque hubo un corte en un sentido externo, por ejemplo, o un corte en un sentido interno. A nosotros nos importan mucho los impulsos que no llegan. Hay otros impulsos que no llegan a conciencia, no porque exista un corte en el receptor, sino porque por algún fenómeno desafortunado, se ha producido un bloqueo en algún punto del circuito. Ustedes conocen casos de ceguera como somatizaciones, por ejemplo: se revisa el ojo, se revisa el nervio óptico, se revisa la localización occipital, etc. todo funciona bien en el circuito y nuestro amigo sucede que está ciego, y está ciego a partir de un problema que se le presentó. O nuestro amigo queda, ya como respuesta, mudo.; o queda sordo o cosa semejante. Y todo funciona bien en el circuito en lo que hace a su conexión, pero algo bloqueó el recorrido de los impulsos.
Lo mismo sucede con los impulsos que provienen del intracuerpo, y esto no es tan reconocido. Pero esto es de suma importancia, porque sucede que existen numerosas anestesias, por así llamarlas, de impulsos del intracuerpo. Las más frecuentes son las anestesias que corresponden a los impulsos del sexo, de tal modo que es mucha la gente que por algún tipo de problema, no detecta adecuadamente las señales que provienen de ese punto. Al haberse producido un bloqueo y no detectarse esas señales, lo que normalmente debería llegar a conciencia sea en su campo atencional más notorio, o sea en niveles subliminales, lo que debería llegar a conciencia, no llega.
Cuando un impulso proveniente de sentidos externos e internos no llega a conciencia, ésta hace un trabajo. Como que trata de recomponer la falta de impulsos, y muy frecuentemente pide prestados impulsos a memoria, compensando la falta del estímulo que necesitaría para su elaboración. Cuando por alguna falla sensorial externa o interna, o simplemente por bloqueo, algún impulso no llega desde el mundo externo o interno, entonces memoria lanza su tren de impulsos tratando de compensar. Si esto no sucede, conciencia se encarga de tomar registro de ella misma. Un trabajo extraño que hace la conciencia que es como si una filmadora de video-tape se colocase frente a un espejo, y uno ve ahora en pantalla un espejo dentro de un espejo, y así siguiendo, en un proceso multiplicativo de imágenes, donde conciencia reelabora sus propios contenidos, y se tortura (Risas), se tortura tratando de sacar impulsos de donde no hay. Esos fenómenos obsesivos, son un poco la filmadora del video frente a un espejo. No es tan grave.
Son para nosotros muy importantes estos impulsos que no llegan, como son muy importantes para nosotros los impulsos que sí llegan, exageradamente. Así como conciencia compensa tomando impulsos de otro punto, así también cuando los impulsos del exterior o del intracuerpo son muy fuertes, también conciencia se defiende, también conciencia se defiende, desconectando al sentido, como si tuviera sus válvulas de seguridad. Ustedes saben bien que los sentidos están en continuo movimiento. Cuando uno duerme, por ejemplo, los sentidos correspondientes al ruido externo bajan su umbral. Entonces muchas cosas que serían percibidas en vigilia, al cerrarse el umbral, no entran, pero desde luego que se están captando de todos modos señales. Y normalmente los sentidos están bajando y subiendo su umbral de acuerdo al fondo de ruido, por así decir, que nos está rodeando en ese momento. Claro, este es el normal trabajo de los sentidos, pero cuando las señales son irritativas y los sentidos no pueden eliminar el impulso por baja de umbral, entonces, conciencia tiende a desconectar el sentido globalmente.
Si en un ciudadano medio las irritaciones sensoriales externas son sostenidas, si aumenta el ruido ciudadano, si aumenta la estimulación visual, si aumenta todo ese fárrago de noticias del mundo externo, entonces en este ciudadano se produce una suerte de reacción interna. Tiende este señor a desconectar sus sentidos externos y caerse para adentro. Claro, empieza a estar a merced de los impulsos del intracuerpo; empieza a desconectar su mundo externo; y empieza a adentrarse en su mundo, en un proceso casi esquizofrénico. No es tan dramático, por supuesto; es una entrada dentro de si mismo, en donde se va a encontrar nada menos que con la amplificación de los impulsos del intracuerpo. Porque así como existe una regulación de límites en cada uno de los sentidos externos; y en cada uno de los sentidos internos, así también el sistema de sonidos externos compensa al sistema de sentidos internos.
Cuando baja el nivel de conciencia, por ejemplo, y los sentidos externos en bloque bajan en sus umbrales, aumenta el umbral de percepción de los sentidos internos, cuando el sujeto despierta baja el umbral de percepción de los sentidos internos, y se abre el umbral de percepción externa. Pero si por alguna circunstancia desafortunada nuestro amigo desconectara los sentidos externos, necesariamente los sentidos internos entregarían más fuertes señales a su circuito. En términos sicosociológicos se podría hablar en esas circunstancias, de fuga frente al mundo, fuga frente a la irritación del mundo.
Estos aparatos son muy complejos y ustedes seguramente podrán estudiarlos detenidamente en ese conjunto de materiales que conocemos como Libro de Escuela. Pero así, en grandes bloques y siguiendo con la descripción, vemos por allá trabajar el aparato de memoria. Allá está el recibiendo impulsos. Memoria toma datos; se forma un sustrato básico desde la primera infancia, de datos básicos de suma importancia, de importancia determinante. Se forma un sustrato básico de datos infantiles, y en base a esos sustratos, en base a ese sustrato todos los datos de memoria que se vayan acumulando, van a estar organizados por esa memoria más antigua. Parece que son los primeros momentos de la vida los que determinan en gran medida procesos posteriores. Esa memoria antigua, claro, va quedando cada vez más lejos de la conciencia. Conciencia rescata con dificultad los datos más antiguos pero esa memoria antigua, memoria sustrato, es la que va permitiendo acumular los otros datos. Así se van acumulando los datos más recientes y más recientes, hasta llegar a los datos inmediatos del día. Imaginen ustedes que problema técnico, que problema técnico hay en esto de rescatar contenidos de memoria muy antiguos, que están allá en la base de la conciencia. Es todo un problema llegar hasta allá.
Hay que largar sondas. Para colmo esas sondas que se lanzan son a veces rechazadas por resistencias. Hay entonces que utilizar técnicas bastante complejas para que estas sondas puedan llegar a tomar su muestra de memoria, con la intención de reacomodar esos contenidos que en algunos casos desafortunados estaban mal encajados. Es cosa bastante difícil esta de reordenar contenidos tan antiguos, siendo que ni se tiene noción de ellos. Están perdidos en memoria, decimos.
Los centros hacen un trabajo bastante más simple. Los centros trabajan con imágenes. Las imágenes son señales, que proviniendo de conciencia, se disparan hacia los centros correspondientes y estos centros mueven el cuerpo en dirección al mundo. Ustedes conocen el funcionamiento del centro intelectual, emotivo, motriz, sexual, vegetativo. Y ustedes saben que para movilizar a cualquier centro de respuesta de ellos, será necesario que se disparen imágenes adecuadas. Podría suceder también que la carga, la intensidad del disparo fuera insuficiente: el centro se movería con debilidad. Podría suceder que la carga fuera excesiva: el centro se movería desproporcionadamente.
Hay muchos casos para ilustrar esas diferentes situaciones. Por otra parte, esos centros que también están en continuo movimiento y que trabajan en estructura, al movilizar cargas hacia el mundo toman energía de los centros contiguos. Una persona tiene no se que problema en… (cambio de cinta) con su motricidad intelectual, por supuesto que si hace eso, es porque eso cumple con alguna función. De algún modo está reordenando contenidos, pero no se arregla el problema emotivo por esa reelaboración, sobre todo con una reelaboración tan amplia.
Es un intento de la conciencia por recomponer las cosas. Si en cambio esa persona se pusiera en pie y empezara a mover el cuerpo trabajando con su motricidad, tomaría las cargas negativas del centro emotivo y la cosa cambiaría. Pero, claro, se pretende sobre todo en el occidente, manejar todos los centros desde el centro intelectual. Y entonces, claro, eso trae problemas, porque parece que a los centros se los maneja desde abajo y no desde arriba. (Risas). Parece que la cosa es a la inversa.
En fin que todos los centros trabajan en estructura, que todos los centros al lanzar su energía hacia el mundo chupan energía de los otros centros. A veces un centro se sobrecarga y al rebasar su potencial también inunda a los otros centros. Estos rebasamientos no son negativos en absoluto. A veces sí, uno se encoleriza y hace un montón de cosas, pero también uno se entusiasma o se alegra y esta sobrecarga energética del centro emotivo se riega por todos los otros centros, y entonces el sujeto pues se ríe, da palmoteos, corre, etc., y todo está muy bien.
A veces, en cambio, se produce una gran carencia, un gran vacío, una gran succión del centro emotivo. Nuestro amigo empieza a trabajar en negativo con el centro emotivo, y al revés: es como un hoyo negro (risas) que concentra materia, que contrae el espacio y absorbe todo hacia él, y nuestro amigo se deprime. Sus ideas se oscurecen y también va bajando su potencial motriz e incluso vegetativamente, vegetativamente también sus defensas disminuyen. Y entonces una cantidad de respuestas interesantes que su organismo da normalmente, se encuentran ahora atenuadas, es más proclive a la enfermedad. Es claro, no es que los microbios sean un problema sicosomático (risas), pero es claro que las defensas pueden actuar con menos recursos, si el estado mental de nuestro amigo se encuentra disminuido, y está a expensas más fácilmente de ese tipo de agresiones.
Estos centros se movilizan por acción de imágenes; pero esto lo veremos enseguida al ver como puede funcionar una suerte de monitor que tiene conciencia, para saber adonde disparar las imágenes. Será bueno comprender que estos aparatos trabajan con mayor o menor intensidad de acuerdo a lo que llamamos nivel de conciencia. Cambian mucho las cosas según el nivel de conciencia. Si nuestro amigo está vigílico, está despierto, pasan cosas muy diferentes a si está durmiendo. Claro que hay muchos estados intermedios, y muchos niveles intermedios. Hay por allí un nivel intermedio de semisueño sumamente interesante, una mezcolanza entre la vigilia y el sueño. Hay también diferentes niveles dentro del sueño mismo. No es lo mismo un sueño paradojal, un sueño con imágenes, que un sueño profundo, vegetativo. Un sueño profundo vegetativo del que conciencia no toma datos, por lo menos en su campo central. Un sueño que se parece a la muerte, que puede durar bastante tiempo; y si uno al despertar no pasó por el sueño paradojal, pues nada: se le contrajo el tiempo. Es como si no hubiese pasado el tiempo, porque claro, el tiempo de conciencia es relativo a la existencia de los fenómenos que en ella existan. De tal modo que no habiendo fenómenos, no hay tiempo para la conciencia.
Entonces, claro, en ese sueño donde no hay imágenes las cosas van demasiado rápido. Pero no es tan así tampoco, porque cuando uno se acuesta a dormir y duerme unas cuantas horas, lo que ha sucedidos en realidad es que ha habido muchos momentos de ciclos. Así ha pasado uno por el sueño paradojal, y luego al sueño profundo, y luego al paradojal, y luego al profundo, y así siguiendo. pero si despertamos a nuestro amigo cuando está en sueño profundo sin imágenes, es posible que no recuerde nada de los trenes de imágenes que aparecieron en la etapa de sueño paradojal, mientras que si lo despertamos en el momento en que está soñando con imágenes, es posible que recuerde su sueño. Así que no solo se le ha acortado el tiempo a este que despertó, no solo se le ha acortado porque además no recordó todo lo que sucedió en distintos ciclos de sueño profundo.
En los niveles bajos de conciencia, como en los niveles de sueño paradojal, es donde los impulsos del intracuerpo trabajan con mayor soltura. Y es donde trabaja también memoria con mucha actividad. Sucede que cuando uno duerme, el circuito se recompone: aprovecha no solo para eliminar toxinas o cosas semejantes. Aprovecha el circuito para transferir cargas, cargas de contenidos de conciencia, de cosas que durante el día no se asimilaron bien. El trabajo del sueño es intenso. El cuerpo está quieto, pero hay que ver como está trabajando conciencia. Hay que ver como está reordenando contenidos, y clasificando, y echando para atrás la filmación, nuevamente para adelante, y claro, ordenando de otro modo los datos perceptuales del día. Uno durante el día va llevando un desorden perceptual muy grande; es claro, porque los estímulos son variados. Y en el sueño en cambio, se produce un orden muy extraordinario. Se clasifican las cosas de un modo muy correcto. Por supuesto que a nosotros nos da la impresión de que esto es al revés, de que lo que percibimos durante el día es muy ordenado.(Risas), que en el sueño hay un gran desorden. En realidad las cosas pueden estar muy bien ordenadas, pero las percepciones que tenemos de las cosas son enormemente fortuitas, son muy aleatorias, mientras que el sueño en su mecánica va reelaborando y colocando los anaqueles en sus ficheros, todos los datos correctamente con sus títulos, sus subtítulos y así siguiendo (Risas).
El sueño no solo hace esa tarea extraordinaria. El sueño trata de recomponer cosas que no se han solucionado. El sueño trata de lanzar cargas de un lado para otro. de producir descargas catárticas porque hay sobretensiones. En el sueño se solucionan muchos problemas de carga: se producen distensiones profundas. Pero también en el sueño se producen transferencias de cargas; contenidos que dispensan sus cargas a otros, y que van saltando de estos a terceros y así siguiendo. Muchas veces las personas han experimentado, después de un bello sueño, la sensación de que algo encajó bien, como si se hubiera producido una transferencia empírica, como si el sueño hubiera hecho su transferencia. Se acomodó la cosa en el sueño. Claro, también están los sueños pesados, y uno se despierta con la sensación de que no está bien digerido ese proceso, y no es que en el sueño haya un enanito maligno preocupado por mortificar al durmiente. Es que el sueño está haciendo su intento de reelaborar contenidos pesados; está haciendo su intento de resolver cosas, y a veces lo hace sin éxito y nuestro sujeto sale de ese nivel con una muy mala sensación; pero el sueño, por supuesto, está al servicio de la recomposición del siquismo.
Estudiar el funcionamiento de estos circuitos y de estos sistemas de impulsos, es de gran interés porque, comprendiéndolo, nos permite ver con qué funciones va cumpliendo cada aparato, con qué funciones va cumpliendo el sistema de impulsos. Y al entender sobre sus funciones, al entender su trabajo empírico, al respetar el trabajo que hace la conciencia, podemos aprovechar los mismos mecanismos de un modo más técnico tal vez. De modo que las tareas que nosotros emprendemos, son tareas totalmente naturales, en el orden que llevan los procesos. Nosotros no pretendemos forzar ningún engranaje de la máquina, sino más bien comprender los mecanismos y utilizar las mismas funciones tratando de solucionar.
Si bien es cierto, nuestra labor no es en absoluto terapéutica porque nuestro interés no es de ese tipo. Se supone que hay especialistas que deben solucionar ese problema, de manera que creemos que la gente está en buenas manos, ya que esos especialistas son exitosos en sus trabajos. No debemos pues preocuparnos nosotros del problema terapéutico, pero si nos preocupamos de solucionar algunos problemas en lo que hace a sobrecargas de la conciencia, a falta de integración de contenidos, y esto lo hacemos no por procedimientos violentos, no por procedimientos anti naturales, por así decir, sino cogiendo las funciones de los mismos circuitos, entendiendo la mecánica y yendo en esa dirección correctamente.
¿Qué hace conciencia a todo esto, mientras los distintos aparatos se la pasan trabajando? Y… conciencia hace poco. Los aparatos van haciendo todo, prácticamente. Conciencia, por ejemplo, tiene una especie de ‘director’ de estas actividades. A ese director se le conoce como el «YO», «Yo soy x». Y ahí sale el Nº de documento, nombre, etc. (Risas). Eso soy yo. Es decir, memoria en gran medida, soy yo. Yo miro al espejo y es claro, soy bastante distinto a cuando tenía 1 año, por ejemplo. (Risas) pero, no obstante hay una cierta continuidad en mí. Se me complica un poco porque al año era distinto que ahora, pero «soy yo» (Risas). Sigo siendo yo. De algún modo lejano me reconozco (Risas). Me reconozco gracias a memoria. Mi yo se basa en la memoria. Mi yo se basa en el reconocimiento de ciertos impulsos internos. Yo tengo noción de mi mismo, porque reconozco el tono de mis impulsos internos, tono que está ligado a un cierto estado afectivo. Yo no solo me reconozco como yo por mi biografía y mis datos de memoria; me reconozco a mi mismo por mi particular forma de sentir, por mi particular forma de comprender. Pero ¿de qué estamos hablando?. Estamos hablando de yo. ¿Y qué estamos diciendo del yo? ¿Y si quitáramos los sentidos? ¿donde estaría el yo? El yo no es sino sumatoria y estructuración de los datos de los sentidos, y de los datos de memoria.
Ustedes pueden decir: bueno, pero un señor, hace unos cientos de años, descubrió que podía pensar sobre su mismo pensamiento. Entonces descubrió una actividad interesante del yo. NO se trataba ahora de que recordara cosas, ni se trataba ahora de que sus sentidos dieran información. Es más: este señor que advertía ese problema, muy cautelosamente trató de separar los datos de los sentidos, y los datos de memoria: trató de hacer una reducción, y quedarse con el pensamiento de su pensar. El yo, entonces, puede funcionar aunque saquemos datos de memoria y datos de sentidos. ¿Es eso cierto? Ese yo que se piensa a sí mismo, tiene noción de sí mismo porque tiene registro sensorial interno. Los sentidos internos le dan información de lo que sucede en su actividad. Así es que no mucho más que datos de sentidos y datos de memoria, hay en la configuración del yo: Si hay algo más: es la estructura de esos datos.
En cámara del silencio, por ejemplo, nuestros amigos se han colocado allí y al haber colocado su cuerpo en inmersión, digamos a algo de 36º centígrados, -es decir, haberse colocado en un baño donde la temperatura del medio es igual a la temperatura de la piel- y además al haber climatizado el cuarto donde se está, para que los puntos fuera del agua estuvieran de todos modos humedecidos, y a la misma temperatura del agua; al haber eliminado todo sonido que llegara, al haber eliminado todo rastro olfatorio, luminoso, etc. este amigo nuestro, flotando en las aguas (primordiales), flotando en la oscuridad, empezaba a sentir una mano larga por ejemplo, y empezaba a sentir muchas cosas mas extraordinarias que esta, por ejemplo que se salía de su cuerpo. Bueno, eso esta bien, sabemos lo que pasa. Se salía de su cuerpo cada vez que nosotros disminuíamos la temperatura del ambiente. Se salía de su cuerpo siempre por la parte que quedaba fuera del agua. Cuando variábamos la temperatura en un par de grados entre el medio externo y el agua, cuando aquí teníamos 36 y aquí 34, nuestro amigo se salía por la cabeza y por el pecho si este flotaba fuera del agua. Seguramente desde muy antiguo, aquellas personas que se encuentran en lugares cálidos y húmedos, en noches calurosas, y tratan de proyectarse fuera del cuerpo, seguramente lo logran. Esos son casos de proyecciones cenestésicas, suertes de alucinaciones que tienen que ver con fenómenos de variaciones táctiles de temperatura.
Pero estamos yendo a otro punto y es este: en determinados momentos, nuestro amigo comenzaba a experimentar que su «yo» no estaba en su cuerpo sino fuera de él. Y este enrarecimiento extraordinario de la ubicación espacial de su yo era debido, precisamente, a la eliminación de los sentidos externos. Pasaban muchas cosas extraordinarias. Al faltar datos sensoriales externos, memoria empezaba a arrojar trenes de datos compensando esa ausencia, y empezaban a recogerse datos muy antiguos de memoria. Pero lo más extraordinario, que esos datos de memoria a veces no aparecían como normalmente sucede cuando uno recuerda imágenes de su vida, sino que aparecían fuera de la cabeza, por así decir. Como si esos recuerdos se vieran allá, fuera de uno. Recuerdos alucinantes, vistos como en una pantalla externa. Es claro, no se tenía mucha noción de donde terminaba el cuerpo; entonces tampoco se tenía mucha referencia de donde estaban emplazadas las imágenes.
Lo más extraordinario es que las funciones del yo se veían fuertemente alteradas. Se producía, en no muchos minutos, una suerte de alteración de las funciones del yo, por el simple expediente de la supresión sensorial externa.
Ustedes saben en este esquema que estamos redescribiendo, que el aparto de conciencia trabaja con mecanismos de reversibilidad. Es decir que así como percibo un sonido, y al percibir puedo considerar a mi conciencia pasiva, también ahora puedo poner atención en la fuente del estímulo, en cuyo caso conciencia tiende a llevar la actividad hacia la fuente sensorial. No es lo mismo percibir que apercibir. Apercibir es atención más percepción. No es lo mismo memorizar, es decir esto que ahora cruza por mi mente y lego desde mi memoria, en donde conciencia es como pasiva, receptúa (recepciona) el dato, no es lo mismo esto que rememorar, en donde mi conciencia va a la fuente de memoria, trabajando por singulares procedimientos de descarte, esto sí, esto no, esto sí… estos es!
Así pues los mecanismos de reversibilidad son mecanismos de que dispone la conciencia si ésta está trabajando adecuadamente. Ustedes saben que a medida que baja el nivel, cada vez es más difícil ir a las fuentes de los estímulos voluntariamente. Por lo contrario, los impulsos se imponen, los recuerdos se imponen, y todo eso con gran fuerza sugestiva, va controlando a la conciencia; y la conciencia, indefensa, se limita a recibir los impulsos que llegan hasta ella. Baja el nivel de conciencia, disminuye la crítica, disminuye la autocrítica, disminuye la reversibilidad con todas sus consecuencias.
No sólo sucede esto en las caídas de nivel de conciencia. Sucede esto, también en los estados alterados de conciencia. Nosotros no confundimos niveles con estados. Podemos estar, por ejemplo, en el nivel de conciencia vigílico, pero en estado pasivo, en estado atento, en estado alterado, etc. Cada nivel de conciencia admite distintos estados. Es diferente el estado de sueño, supongamos en el nivel de sueño paradojal, el estado de sueño tranquilo, que el estado alterado de sueño, que el estado sonambúlico, en donde de pronto se pone en marcha hasta la motricidad, ¿no es cierto?. Puede también caer la reversibilidad en alguno de los aparatos de conciencia por estados alterados, y no porque haya bajado el nivel.
Este punto es de importancia. Podría suceder que una persona estuviera muy vigílica y sin embargo, por una circunstancia x, padeciera fuertes alucinaciones. Observaría fenómenos que para él serían del mundo externo -que no son sino proyecciones de representaciones internas-, los observaría afuera. Estaría fuertemente sugestionado por esos contenidos, en este caso por esas alucinaciones, del mismo modo que está una persona en pleno sueño, fuertemente sugestionada por sus contenidos. Sin embargo nuestro amigo está despierto, no está durmiendo. También por acción de drogas o por acción de alcohol o lo que fuera, podría nuestro amigo no haber perdido el nivel de conciencia y sin embargo encontrarse en un estado alterado de conciencia, con la aparición de curiosísimos fenómenos.
Estos estados alterados no son tan globales, sino que pueden afectar a determinados aspectos de la reversibilidad. Sin ningún dramatismo, podemos decir que una persona cualquiera, en plena vigilia, puede, por algún motivo, tener bloqueado algún aparato de reversibilidad. Todo funciona bien, sus actividades diarias son normales, es una persona normal. Todo anda a las mil maravillas, salvo en un punto. Cuando se toca ese punto, nuestro amigo pierde todo control. Hay un punto de bloqueo de la reversibilidad en él. Cuando se toca ese punto, disminuye el sentido crítico y autocrítico, disminuye el control de sí mismo, y extraños fenómenos internos se apoderan de su conciencia. No es tan dramático, esto nos sucede a todos. En mayor o menor medida, todos tenemos nuestros problemas con algún aspecto de los mecanismos de la reversibilidad. No disponemos tan a gusto de todos nuestros mecanismos.
Puede suceder entonces, que nuestro famosos yo director de orquesta, no lo sea tanto cuando se efectúan algunos aspectos de la reversibilidad. Y estos aspectos son afectados no solo por la bajada de nivel de conciencia, sino por disfunciones entre los distintos aparatos del siquismo. El ejemplo de la cámara de silencio es muy interesante, donde no se trata exactamente de un caída del nivel de conciencia, sino que se trata de la supresión de impulsos que deberían llegar a conciencia, y en donde la misma noción del yo se altera, se pierde, y también se pierden grandes franjas de reversibilidad y de sentido crítico; y también se sueltan alucinaciones compensatorias, y allí pasa de todo.
Así, que qué les parece a ustedes que le puede suceder si nuestro amigo en lugar de estar en la cámara de silencio, si en lugar de faltarle estímulos externos, le faltaran a nuestro amigo impulsos internos? No estaría en cámara de silencio, estaría caminando por todas partes; pero por algún bloqueo, señales que deberían llegar no llegan. Se enrarecería su yo. Se bloquearía más de un aspecto de su reversibilidad. Se encontraría extraño a sí mismo; a lo mejor miraría su mano como si no fuera de él, o bien no se reconocería a sí mismo en algunos aspectos. Podría notar, a lo mejor, una falta de contacto con el mundo, como si hubiera un vidrio grueso que le separara del mundo. Podrían pasarle muchas cosas además, y depende de la carencia de estímulos que hubiera en él.
Así es que nuestro yo puede verse fuertemente alterado, a veces por exceso de estímulos y a veces por carencia de estímulos. Pero en todo caso nuestro yo director, que es el que procede a hacer trabajos de reversibilidad, ir a una fuente, ir a otra, etc. , si nuestro yo se desintegra, tales actividades reversibles desaparecen. Y bien, tenemos un yo estructura, un yo sumatoria de señales, de datos.
No parece que el yo fuera una entidad independiente, sino que el yo fuera una estructura, una sumatoria de datos. ¿Esto qué quiere decir? Esto quiere decir en pocas palabras, de que no hay posibilidad alguna de que con la supresión del mundo físico y la supresión de los datos sensoriales, perviva el yo. Es sicofisiológicamente imposible la existencia del yo después de la muerte. La gente identifica el yo con algo trascendente, y el yo es algo extraordinariamente inmanente. El yo es memoria, el yo es registro, el yo es estructura de datos. La gente identifica a la conciencia con la mente, por ejemplo, y no hay cosa más diferente que la conciencia y la mente. Parece que el yo más bien sería un factor perturbador de la mente, un factor de ruido (risas), pero de este problema habrá que hablar en próximas charlas.
Pero en lo que hace a este yo que tiene que ver con los datos sensoriales, que aburridera seguir con él eternamente! (Risas) este yo que uno quisiera que fuera permanente, precisamente funciona gracias a su impermanencia. Funciona gracias a que los datos de memoria van cambiando, y sumándose. Funciona gracias a que la reversibilidad se bloquea y actúa, a que los niveles suben y bajan, a que se articula de un modo u otro según las situaciones diarias. Nada más impermanente y variable que el yo. Nada más olvidadizo que el yo. Muy pocas veces se acuerda uno de sí mismo. Salvo Walt Whitman. (Risas).
Este yo impermanente, sumatoria de datos, este yo dirige a veces las operaciones utilizando un espacio. Según se emplace este yo en ese espacio, la dirección de los impulsos cambia. Este es el espacio de representación, diferente al espacio de percepción, con el cual haremos en su momento algunos ejercicios. Este espacio de representación, del cual toma también muestra el yo, en este espacio de representación se van emplazando impulsos e imágenes. Según que una imagen se lance a una profundidad o a un nivel del espacio de representación, sale una respuesta diferente al mundo. Si para mover mi mano imagino visualmente a mi mano, la imagino como si la viera desde afuera, la imagino como que va hacia el cenicero, mi mano no va. Esta imagen visual externa, no corresponde al tipo de imagen que debe ser disparada para que la mano se mueva. Para que la mano se mueva es necesario que yo utilice otro tipo de imagen, una imagen cenestésica y kinestésica. Debo sentir mi mano, y al sentir mi mano, y al sentir mi mano en una dirección, ésta se pone en marcha.
Podría suceder, por algún problema, que yo de pronto me equivocara en el tipo y emplazamiento de la imagen hacia el mundo. Podría yo sufrir un cierto trauma, como les gustaba decir en otras épocas. (risas), un cierto trauma y entonces quedar en una silla y al querer incorporarme nuevamente podría ser que me equivocara en el emplazamiento de la imagen en el espacio de representación, o bien que confundiera el tipo de imagen. ¿Qué me estaría pasando? Yo estaría dando señales, me estaría viendo a mi mismo levantarme de la silla, pero podría suceder que no estuviera disparando las correctas imágenes cenestésicas y kinestésicas que son las que mueven a mi cuerpo. Si me equivocara en el tipo de imagen o en el emplazamiento de la misma, mi cuerpo podría no responder, y podría yo quedar paralítico. Podría a la inversa, suceder que esta persona que está paralizada por una somatización x, por un problema de incorrecta colocación de imagen, podría suceder que por un extraordinario fenómeno de fe, por ejemplo, o por otro factor dinámico de imagen, podría suceder que reconectara el correcto emplazamiento o discriminara correctamente la imagen del caso. Y entonces sería bastante vistoso, pero no extraordinario, el hecho de que alguien frente a un estímulo externo, de pronto saliera caminando. Podría suceder, si de este modo se pudiera reconectar correctamente la imagen. Y así como existen muchas somatizaciones, pueden existir también muchas des-somatizaciones si se sabe como proceden estas imágenes. Empíricamente esto ha pasado muchas veces en la historia ¿recuerdan? (Risas).
Así que este asunto de las imágenes es cosa seria. Ahí está nuestro yo disparando imágenes, y cada vez que una imagen va, un centro se moviliza, y una respuesta sale al mundo. Y la cosa no termina ahí, según vimos ayer en el caso de la acción. Dado que el centro moviliza una actividad del cuerpo, sea hacia el mundo o sea hacia el intracuerpo; el centro vegetativo por ejemplo, moviliza actividades de disparo hacia dentro del cuerpo y no hacia la motricidad externa; no importa. Pero claro, lo interesante de esto es que, una vez que moviliza una actividad hacia el mundo, también están los sensores, también están los sentidos internos que toman muestra de esa actividad que se disparado al mundo. Entonces claro, si yo muevo el brazo, de todas maneras tengo noción de que muevo el brazo. La cosa de que tengo noción de que muevo el brazo, no es por una idea del centro intelectual, es por un registro cenestésico propio del intracuerpo; porque ahí hay sensores colocados en distintas partes del cuerpo, que me dan el registro kinestésico de cómo está emplazado. Sucede que, según muevo yo el brazo, tengo registro de mi movimiento. Gracias a esto es que puedo ir corrigiendo mis movimientos hasta dar con el objeto justo. Puedo irlo corrigiendo con mayor facilidad que un niño, porque el niño, claro, hace movimientos no tan manejados. Lo puedo ir corrigiendo a mi movimiento porque tengo de cada movimiento que hago, señal. Por supuesto que esto va a gran velocidad. Y de cada movimiento que produzco, tengo señal de lo que va sucediendo en un circuito continuo de realimentación, que permite corregir y además aprender los movimientos. Así pues, de toda acción que moviliza un centro al mundo, tengo una toma de realimentación que vuelve al circuito. Y esta toma de realimentación que vuelve al circuito, moviliza a su vez distintas funciones de los otros aparatos de conciencia.
Ustedes saben que hay formas de memoria motriz, por ejemplo, a lo mejor alguno de ustedes, cuando estudia, lo hace mejor caminando que sentado. Ustedes saben que al ir con otro amigo caminando, de pronto se les enlagunan las imágenes, se olvidan de lo que estaban diciendo, pero al volver nuevamente por el lugar, (risas) se suelta la correcta secuencia. Y ustedes saben que cuando han olvidado algo, si repiten… sus actos de unidad interna (risas) si repiten sus actos adecuadamente, retoman. Así es que hay una realimentación del acto que sale, vuelve hacia adentro, va hacia memoria, se toman muestras, se reinyecta en el circuito, circula, se transforma, se traduce, y toda esa complicación que ustedes saben.
Todo esto va pasando con los actos externos. Porque parece que para muchos, sobre todo para la sicología clásica, la cosa termina cuando uno, graciosamente, realiza un acto (risas). Y parece que la cosa recién comienza cuando uno realiza un acto, porque este acto se reinyecta y esa reinyección despierta una larga cadena de procesos internos. Así vamos con nuestra máquina y nuestros aparatos, conectándolos entre sí por medio de complejos sistemas de impulsos. Estos impulsos se deforman, y se transforman, y se sustituyen unos por otros. Así pues, y según los ejemplos que se han dado en su momento, esta hormiga que recorre mi brazo es rápidamente reconocida. Pero esta hormiga que recorre mi brazo cuando duermo, no es fácilmente reconocida, sino que ese impulso se deforma, se transforma y a veces se traduce, y suscita numerosas cadenas asociativas según la línea que esté trabajando en ese momento. Complicando un poco más las cosas, cuando mi brazo está mal emplazado, me doy cuenta de eso y me muevo. Pero cuando estoy durmiendo y mi brazo está mal emplazado, esa sumatoria de impulsos que llegan es tomada por la conciencia, traducida, deformada y asociada de modo singular.
¿Y entonces, qué sucede allí? Allí sucede que imagino un ejército de avispas que atacan mi brazo, y entonces claro, si esas son las imágenes que están trabajando, pues esas imágenes llevarán carga hacia el brazo y el brazo se moverá en defensa, y seguiré durmiendo; y esas imágenes servirán, precisamente, para que el sueño se continúe. Estarán al servicio, esas traducciones y deformaciones de impulsos, de la inercia del nivel, así como las ideas están al servicio de la inercia del intelecto. Es una forma de decir. Les digo porque el intelecto es muy meritorio, (risas) pero también tiene su inercia. Estas imágenes del sueño profundo están sirviendo, entonces, a la defensa de su mismo nivel.
Hay muchísimos estímulos internos que dan señal durante el sueño. Y entonces, en el momento del sueño paradojal, estos impulsos aparecen como imagen. Sucede que hay una tensión visceral profunda, por ejemplo. ¿Qué sucederá? Lo del brazo, pero adentro. Esa tensión visceral profunda larga señal. Esa señal se traduce como imagen. Supongamos algo más fácil: una irritación visceral. Larga señal, se traduce como imagen. Sucede que me veo adentro de un incendio, y claro, como me veo adentro de un incendio, si la cosa se pone muy seria se romperá la inercia del nivel y entonces me despertaré finalmente y tomaré algún digestivo o algo por el estilo. Pero de no ser así, se mantendrá la inercia del nivel, y asociaré luego el incendio con otros elementos y se irá diluyendo la cosa; porque la misma imagen puede trabajar disparándose hacia dentro y provocando distensiones. En los sueños, continuamente, se están recibiendo impulsos de distintas tensiones internas, se están traduciendo las imágenes correspondientes, y éstas imágenes que movilizan centros, movilizan al centro vegetativo, que da respuestas de distensión interna. De manera que las tensiones profundas van dando sus señales y las imágenes van rebotando hacia adentro, provocando las distensiones equivalentes a las tensiones que han sido disparadas.
Cuando este señor era niño, recibió un fuerte shock. Quedó fuertemente impresionado por una escena. Se contrajeron músculos externos a él. También se contrajeron algunas zonas musculosas más profundas. Y cada vez que este señor recuerda aquella escena, se produce el mismo tipo de contracción. Ahora sucede que esa escena está asociada -por similitud, contigüidad, contraste, etc.- sucede que esa escena está asociada con otras imágenes que aparentemente no tienen nada que ver. Entonces, claro, al evocar esas imágenes, saltan las primigenias y se producen las contradicciones. Sucede por último, con el paso del tiempo, que ya se ha perdido en memoria antigua la imagen primigenia que era la que producía la tensión. Y ahora, inexplicablemente, al recibir un impulso y soltarse una imagen, se producen esas contracciones, y ahora no sé por qué al ver un vaso de agua u otro objeto, se me despiertan extraños fenómenos de fobia. Se acuerdan del caso de la niña hidrófoba que estudiaba Freud en su momento? Sucede entonces que ahora, inexplicablemente, frente a ciertos objetos o a ciertas situaciones o personas, se despiertan en mí fuertes contracciones, y yo no encuentro relación con aquello que pasó en mi infancia. Se ha borrado una parte, y han quedado las otras imágenes.
Cada vez que en mis sueños se sueltan imágenes que ponen en marcha esas contracciones, y de esas contracciones se toman muestras y vuelven a traducirse en imágenes, en esas situaciones se está realizando en la conciencia un intento por distender y por transferir las cargas que están fijadas a una determinada situación. Así es que en el sueño se está tratando de resolver con el disparo de imágenes, en primer término las tensiones opresivas, y en segundo término se está tratando de transferir las cargas de ese vaso de agua a otros vasos o a otros objetos, a fin de que se separe, por así decir, de la carga trágica primitiva.
Todo eso lo va haciendo el sueño. El sueño está trabajando catárticamente y está trabajando transferencialmente, y eso es lo que nosotros tratamos de hacer en nuestros trabajos de operativa. Tratamos de tomar datos, y disparar imágenes a los puntos de resistencia. Nosotros utilizamos técnicas transferenciales, utilizando imágenes; y lo hacemos emplazando al sujeto en un particular estado y nivel de conciencia; en un nivel de semisueño activo, donde el sujeto va bajando y subiendo por su paisaje interno, va avanzando o retrocediendo, se va expandiendo o se va contrayendo, y al hacerlo así, nuestro sujeto va encontrando resistencias en determinados puntos; y esas resistencias que encuentra, son para nosotros indicadores muy importantes de que hay bloqueo o fijación o contracción. Y nosotros vamos a procurar que las imágenes del sujeto lleguen suavemente a esas resistencias, y las superen. Y decimos que cuando puede superarse una resistencia, se produce una distensión o se produce una transferencia de carga. A veces estas resistencias son muy grandes y no se las puede acometer de frente porque se producen reacciones, rebotes, y el sujeto no se va a sentir animado a nuevos trabajos si ha sufrido algún fracaso en su intento de vencer una resistencia. Entonces con las resistencias grandes, no avanzamos frontalmente, sino que más bien retrocedemos y hacemos las cosas por rodeo, de manera de llegar a las resistencias pero conciliando contenidos internos, y no actuando con violencia sobre ellos.
Así pues, en nuestros trabajos transferenciales, vamos guiándonos por las referencias de las resistencias. Siempre vamos a donde hay resistencia ¿Y como hacemos esto? Siempre con el procedimiento de la guía de imágenes. Por eso trabajamos en el nivel de semisueño: para que pueda presentarse ante nosotros un sistema de alegorización que conocemos más o menos bien. Y trabajando también con alegorías, que tienen tanta realidad sicológica como cualquier otro fenómeno síquico, trabajando del mismo modo con una idea que con un dragón en el nivel de sueño profundo, o de semisueño, vamos trabajando después todo con imágenes que al movilizarse van venciendo resistencias y van liberando cargas síquicas. Ahí vamos nosotros en nuestros trabajos transferenciales llevando, gracias al apoyo de las imágenes, cargas en una dirección o en otra, a fin de ir desbloqueando problemas e ir integrando contenidos.
Y esto es nuestro objetivo final en los trabajos transferenciales: el de integrar esos contenidos, islas, que estaban separados, de tal manera que esta incoherencia vital que uno percibe en sí mismo, estos mosaicos incoherentes de contenidos que no encajan bien, estos sistemas de ideación, en donde uno reconoce gustos contradictorios con otros gustos, deseos que uno quisiera no desear, (risas) cosas que le han pasado y uno no quisiera repetir, pero que sin duda estaría bueno repetir, (risas) toda esa complicación enorme de contenidos no integrados, toda esa cosa contradictoria y continua tan molesta y que nos hace perder tanta energía, energía que podría ser, tal vez, utilizada de un modo interesante, toda esta incoherencia interna, tratamos nosotros, buenamente, de ir solucionando mediante técnicas transferenciales de integración de contenidos.
Ustedes conocen esas técnicas. Algunos las conocerán mejor que otros. Pero claro, nos interesa mucho si conocemos bien las técnicas transferenciales, si conocemos bien esas técnicas, nos interesa mucho los trabajos autotransferenciales, donde ya prescindimos de ese guía externo y donde ya mediante la utilización de un sistema de imágenes prácticamente codificado, podemos nosotros mismos orientar nuestro proceso. Podemos gracias a determinadas imágenes, rescatar contenidos biográficos donde las cosas no están conciliadas. Podemos, con nuestro sistema de imagen, disparar hacia los temores al futuro, ciertas ideas también de conciliación. Y estos sufrimientos que produce el temor al presente, ese temor a perder lo que se tiene, a no lograr lo que se quiere, todo aquello que sabemos, estos sufrimientos que se producen en conciencia en cualquiera de sus tiempos, estos sufrimientos de algún modo pueden irse solucionando al utilizar el medio de la imagen autotransferencial, al utilizar ese medio para dispararlo en los niveles que corresponda e integrar contenidos.
Si. Nosotros hemos definido muy a menudo Nuestra Doctrina como preocupada por la superación del sufrimiento. También hemos dicho muy a menudo que el hombre, el ser humano, sufre por lo que cree que pasó en su vida, por lo que cree que pasa, y por lo que cree que pasará. Y sabemos que ese sufrimiento que el ser humano tiene por lo que cree, es un sufrimiento real, aunque no sea real lo que cree. Y trabajando sobre sí mismo, desde luego que puede llegar a la raíz de sus creencias, y puede reorientar aquello que en su momento le sucedió. Esto es una cosa de importancia.
Habíamos comenzado casi nuestra conversación con esto de la memoria profunda a la que había que llegar con unas sondas complicadas para reordenar los datos infantiles más pesados; y ahora estamos diciendo que hay ciertos procedimientos para reordenar lo que pasó. Pero ¿es exactamente reordenar lo que pasó o reubicar el punto de vista acerca de lo que pasó? Hay mucha gente que cree que en determinadas circunstancias pasaron x cosas, y sigue con esa historia durante mucho tiempo. Luego se encuentra con gente que estuvo en esa situación y le pregunta ¿y cómo fueron las cosas? La otra gente le dice fueron así, así y asao. Y él dice: pero no, si fueron de otro modo. Pero como va a ser de otro modo si yo estaba ahí presente? (Risas) Resulta que el señor percibió las cosas como todos los otros; eso fue a memoria, pero resulta que este señor reelaboró los datos. Además confundió lo que pasó en sus sueños con lo que percibió -entre otras cosas-, y terminó armando una historia singularísma. Nada de eso que hay en su historia le sucedió, pero el cree que le sucedió. pero no le sucedió en absoluto! Resulta que él tiene un enfoque de su pasado extraordinariamente trágico, y él no lo tiene integrado, no lo tiene proporcionado, y como hay cierto bloqueo de reversibilidad frente a ciertos temas o a ciertos puntos de su pasado, nuestro amigo no puede proporcionarlos a esos puntos, ni equilibrarlos, para trabajando y viendo sus resistencias en el pasado, va descubriendo él la desproporción de sus hechos biográficos, o más que la desproporción de los hechos, la desproporción de lo que cree con respecto a sus hechos biográficos. Lo mismo, por supuesto, le sucederá a nuestro amigo con respecto al futuro y con respecto a lo que cree que le pasa en el presente. Muy bien. Mañana vamos a continuar con todo esto.