15 de Mayo de 1975

El único medio de esclarecimiento con que contamos para ponernos de acuerdo con ciertas ideas generales es la R.I. En todo trabajo que se hace, no hay ningún tipo de esclarecimiento. No hay esclarecimiento en los trabajos con la Fuerza, tampoco en el Pedido, tampoco en las actitudes de Atención Dirigida. El esclarecimiento surge cuando alguien expone un Principio y luego da ejemplos, va aclarando la cosa. De manera que a los Principios puede comprendérselos así: como una herramienta con que se cuenta en ese trabajo y no mucho más.

El segundo punto, que hace a la actitud de trabajo con esos Principios, nos pone frente a un problema importante. Se pueden declamar los Principios, se los puede considerar como eslogan o ideas fuerza o se los puede tomar y aplicarlos en la vida práctica. Hay muchas formas de hacer esto. Podemos, por ejemplo, tomar un Principio y decir: “vamos a trabajar con él todo este día”. Si hacemos esto, estamos controlados por el Principio, estamos dependiendo sicológicamente del Principio.

Nosotros decimos que usamos el Principio para que no nos produzca contradicción la vida cotidiana, pero al tomar un Principio y aplicarlo a la vida diaria, ya nos estamos produciendo contradicción. Nosotros podemos considerar al Principio como un objeto fundamental que nos tapa la conciencia o simplemente como un clima.

Observen ustedes que hay gran diferencia entre tener en cuenta que estamos solos en esta pieza y pensar que estamos solos en esta pieza, a simplemente saber que estamos en esta pieza y poder manejarnos con ideas y con intercambio. Cuando hablamos de la aplicación de los Principios en la vida práctica no hablamos de estar forzados a aplicar el Principio, sino de tenerlo en cuenta.

Todo lo que hace a aplicar un método nos crea represión y por tanto contradicción. Nosotros hablamos de tener en cuenta ciertas cosas y entonces ¿cuál es la medida del tener en cuenta?, ¿cuando una persona pierde cuántos pelos se vuelve pelada?. No tenemos una precisión exacta, pero sí podemos distinguir entre estar forzados para aplicar una cosa y simplemente tenerla en cuenta. Ustedes van a su trabajo por la mañana, y entre tanto van pensando una cantidad de cosas y van haciendo una cantidad de cosas, pero todo ese desplazamiento hacia el trabajo está de trasfondo y todo lo que van haciendo en la calle está, en realidad, condicionado por ese desplazamiento hacia el trabajo. De tal manera que lo que van haciendo está sostenido por la intención de ustedes.

En ese sentido y no en otro hablamos de la actitud de Trabajo con los Principios, considerándolo como una intención y no como un objeto que nos tapa la conciencia.

La tercera pregunta se refiere al sentimiento religioso. Cuando nosotros hablamos de Religión Interior sabemos que de comienzo la misma frase es chocante por el tipo de grabaciones a que todos hemos sido sometidos. En los países de religión católica, por ejemplo, es fuertemente chocante para las nuevas generaciones escuchar la palabra “religión”. Esta palabra está relacionada al culto católico y los sacerdotes de este culto son gente que -en ocasiones- bendicen los cañones y bendicen las armas y hacen una cantidad de cosas irregulares utilizando la palabra “religión”.

De tal modo que si se asocia religión con el quehacer de los sacerdotes, la palabra misma ya cobra un sentido negativo. Hay gente más amplia que no confunde a los sacerdotes con la religión, pero que considera a la religión como una etapa no muy diferente a la etapa de la superstición por la que pasan los pueblos en su evolución. La religión se diferencia de los ritos mágicos sólo en que tiene un escalafón de dioses organizados -una escala de dioses- y se diferencia también en que el individuo no opera utilizando fuerzas, sino que se refiere a entidades más abstractas que las simples fuerzas que utilizaría -supongamos- alguien del archipiélago malayo.

En general se distingue entre religión o magia. Pero de todos modos a la religión se la considera como a una etapa superior de la magia. Una forma mas evolucionada o en todo caso una cosa más disfrazada, más encubierta de la superstición… con superstición de fondo.

Así pues, unas corrientes consideran a la etapa religiosa como anterior a la etapa filosófica, metafísica. Para las mentalidades prácticas, también la metafísica y la filosofía son un poco superstición. Así habría toda una escala entre la superstición, la religión y la filosofía. Así piensa un poco el pensamiento pragmático. Otros piensan, en cambio, que la religión en los pueblos no es nada más que el reflejo subjetivo de la contradicciones materiales que sufren esos pueblos.

De manera que sobre el hecho religioso hay mucha discusión. Desde luego que todos están de acuerdo -parece- en considerar la religión como la relación del hombre con un supuesto dios, pero cuando nosotros hablamos de lo religioso, no nos estamos refiriendo a la relación con un supuesto dios, sino que nos estamos refiriendo a un sentimiento.

De manera que no se trata de que dios exista o no exista. Se trata de que subjetivamente puede registrarse la existencia del sentimiento religioso. Ese es nuestro punto: el del sentimiento religioso y no el de dios.

En distintas ocasiones hemos hablado sobre este punto y hemos considerado al sentimiento religioso como apto para cosas muy diferentes. Ustedes reconocen que en el pueblo judío, sometido al dominio babilónico el sentimiento religioso actuó como unificador y factor de liberación de ese pueblo y lo mismo sucedió -luego- en Egipto y tuvo connotaciones religiosas y mesiánicas el levantamiento de Jerusalén contra el Imperio Romano.

Ustedes saben que así como se han producido movimientos liberadores en torno al sentimiento religioso, también se han producido grandes opresiones.

Ustedes conocen muy bien los hechos de la Inquisición en nuestro occidente. Ustedes saben que también ha servido el sentimiento religioso como forma de anestesia de las clases opresoras. Este sentimiento ha servido en el Islam, por ejemplo, como fenómeno unificador y liberador. La gente de color en los EEUU que se relaciona con el fenómeno islámico lo considera un factor de cohesión también, y de algún modo un factor de liberación frente a la opresión de otras razas.

El fenómeno a que dio lugar el budismo en India fue también de lucha y fue una liberación frente al sistema de opresión de las castas brahamánicas.

Los españoles cuando dominaron a la civilización Inca y Azteca comprendieron muy bien que la modificación que tenían que producir en esos pueblos era sobre todo de tipo religioso, porque no bastaba con remover las estructuras económicas, políticas y sociales de esos pueblos, si subjetivamente no respondían a los mismos instrumentos ideológicos de ellos.

Ellos lo comprendieron muy bien y entonces barrieron con la religión de esos pueblos. Casi todos los movimientos revolucionarios de esos pueblos tuvieron tono religioso, incaico o azteca. De manera que si queremos interpretar al fenómeno religioso con justicia, debemos en ocasiones considerarlo opio de los pueblos, pero en ocasiones instrumento de liberación. En este sentido el sentimiento religioso no es muy diferente a un cuchillo; con un cuchillo se puede matar pero también se puede cortar la carne en la comida, con un avión se pueden arrojar bombas pero también se pueden arrojar medicamentos. Nosotros estamos considerando al sentimiento religioso como un fenómeno neutro, que puede ponderarse en un sentido o en otro.

De manera que nuestro acento no está puesto en la idea de dios (de cómo es dios o de cuántos ángeles caben en la cabeza de un alfiler), sino en el sentimiento. Y ¿cómo se experimenta este sentimiento?. Consideren que para experimentar no es necesario pensar en la divinidad. A veces en los laboratorios algunos físicos o científicos encuentran la armonía de la energía o de la materia, o de los procesos orgánicos y realizan esos trabajos, y tratan sus materias con un sentimiento muy amplio, muy cósmico, religioso en algún sentido. Las experiencias que nos relatan algunos astronautas, no son las de haber encontrado a Jehová delante de la cabina, pero nos explican estados de ánimo como de tipo cósmico. Muchas de las descripciones son -francamente- de ese sentimiento religioso; de modo que cuando hablamos de lo religioso interno, nos estamos refiriendo a ese tipo de sentimiento y no a lo que se entiende como religión. Como sabemos que de todos modos la palabra trae problemas, sabemos que allá donde haya problemas con la palabra “religión”, sacamos la palabra. No vamos a crear problemas por una cuestión de rótulos.

Con esto creemos haber respondido brevemente a la tres preguntas sobre los Principios, sobre la actitud, y sobre el sentimiento.

Sobre el fenómeno energético en general

En alguna charla que anda grabada por ahí se habla de espíritu como .posibilidad y no se lo consideró como algo probado.

Sí, en cambio, al hablar sobre los fenómenos energéticos, vimos algunas diferencias: si recuerdan uno de esos casos, eran los casos paranormales, de los cuales teníamos numerosos registros, fenómenos que de ningún modo podían verse como realizados por los sentidos. Se trataba de fenómenos a distancia, de fenómenos que alteraban los tiempos normales y entonces, claro, no nos bastaba con la explicación sensorial, de los sentidos. Luego hablamos de otro indicador, aquel de la energía interna que se desplaza a partir del sexo. Cualquiera puede registrar con facilidad que la energía del sexo puede concentrarse en determinados puntos, y también se puede registrar que esta energía puede ser difundida por el cuerpo, ya que esta energía es bastante poderosa y produce manifestaciones importantes según vaya a un punto del cuerpo o a otro.

Hay simples ejercicios que cualquiera puede hacer, basta que en una situación de carga a nivel de sexo, concentro una imagen fuertemente: un encendedor, por ejemplo, para que lo vea con cierto brillo, con cierta nitidez, con cierta fijeza. Inmediatamente, una vez que se ha descargado el sexo, si se repite la misma operación de concentrarse sobre ese objeto, observará que ya no tiene esa fijeza, ese brillo, esa intensidad.

Cualquier persona sabe que un individuo muy agresivo luego de una descarga a nivel de sexo, se convierte en un ser mucho más equilibrado y amable. Esas tensiones pueden desplazarse con facilidad de un punto del cuerpo a otro. Hay escuelas que trabajan precisamente sobre ese punto, ellos comprenden, ellos ven con mucha evidencia, lo que significa la energía sexual y cuando hablan de esa energía no creen que se refiera a la localización del sexo.

Los viejos psicoanalistas han avanzado bastante en sus puntos de vista originales y cuando hablan ya de la líbido, no hablan estrictamente del fenómeno sexual localizado, sino que hablan de energía sicobiológica que circula. Un fenómeno paranormal es, por supuesto un fenómeno de la líbido, y los fenómenos que se producen en los trabajos de acupuntura, por ejemplo, tampoco son fenómenos propios de la líbido: pero es que en esos tres puntos tenemos indicadores. Tenemos indicadores en el fenómeno energético de la acupuntura, tenemos indicadores también en el desplazamiento de la líbido, tenemos indicadores en los fenómenos paranormales.

Son distintos fenómenos, distintos tipos de densidad de energía, ninguno de los tres ha sido definido correctamente, ni se han fijado sus límites, sería necesario medir estos fenómenos. Sabemos que se está experimentando con la famosa cámara Kirlian, Allá con una placa sensible, se toma la impresión de una mano y se ve alrededor de esa mano una aura, se toman también algunos vegetales y también se hace la fotografía de estas auras: algunos han tratado de demostrar que lo que se está fotografiando es efectivamente el campo, el doble por así decirlo.

Una de las pruebas que proponen es la siguiente: si se fotografía a una hoja de una planta inmediatamente de cortada, vamos a ver en la fotografía un campo fuerte alrededor de ella, allí donde haya defectos en la hoja o donde haya deterioro, va a faltar campo. A medida que pasan los días y seguimos fotografiando la misma hoja, el campo se va reduciendo hasta que la hoja queda seca y entonces, no más campo.

De manera que estos señores relacionan el fenómeno de la vida con el fenómeno del campo, de tal manera que cuando la hoja está completamente muerta ya no hay más campo. Pero tal inferencia puede no ser legítima, podríamos muy bien estar fotografiando en lugar del campo la conductibilidad de la hoja merced a la humedad que posee en distintas etapas, de la misma manera que si ustedes sacan una fotografía con placas infrarrojas, donde ha estado sentado un señor, este señor sale, aunque éste no esté presente, aunque el hay salido del lugar, queda la sombra de este señor, pero lo que hemos fotografiado es el calor que ha dejado este cuerpo cuando estaba allí.

Si ustedes ponen un espejo parabólico detrás de la cabeza de una persona y utilizan un aparato que se llama Focault, que lanza un haz de luz hacia el espejo y vuelve, y si ustedes oscurecen el ambiente, van a ver algo muy curioso: van a ver que de la cabeza de este señor salen emanaciones, radiaciones, pero sacando a ese señor y poniendo en lugar de su cabeza un cigarrillo encendido van a ver que las emanaciones son más fuertes todavía. En realidad lo que estamos detectando con Focault, es la turbulencia del aire y la distracción que provoca en ese amplificador óptico. De manera que esto de las cámaras Kirlian, que sin duda es muy interesante, no nos sirve a nosotros de fundamento como para explicar el fenómeno del caso.

Hay muchos investigadores que se han preocupado por hacer medición de campo, tales mediciones no han sido rigurosas hasta el momento: recuerden ustedes que para mover un electroencefalógrafo están trabajando con megavoltios, o sea millónesimas de voltio. Quiero decirles que esto son pequeñísimas cantidades eléctricas que luego se amplifican enormemente hasta que surge el registro, y si esos fenómenos cerebrales son de tan poca intensidad eléctrica, imaginen que los fenómenos de campo todavía son bastante más difíciles de registrar que los fenómenos de la corteza cerebral.

De todas maneras en muchos centros se investiga y se trata de medir, pero por el momento sin resultado, así que, entonces no podemos apoyarnos sin evidencias. Como no podemos apoyarnos en el fenómeno energético, mucho menos podemos hablar del espíritu, ya que depende directamente de él, por eso es que simplemente lo consideramos como una posibilidad abierta. En ese sentido decimos que tenemos algunos indicadores como son los fenómenos paranormales, los de la líbido, etc., de manera que ese no es el punto más importante de Trabajo Interno, no podríamos apoyar todo el Trabajo Interno en una cosa tan débil como es ese fenómeno, debemos apoyar todo el Trabajo Interno en cosas más sólidas y lo demás posiblemente se dé por añadidura.

Sobre el sufrimiento humano y su superación.

Todo nuestro Trabajo no está apoyado ni en el doble ni en el espíritu, está apoyado en el problema del sufrimiento humano. Nuestra preocupación está puesta en el sufrimiento humano y cómo superarlo, ahí es donde ponemos nosotros el interés, desde muy antiguo. Ustedes saben ese ha sido el problema, desde muy antiguo se han dado soluciones distintas, algunos dijeron que la percepción lleva a la imaginación y la imaginación al deseo y el deseo al encadenamiento y por lo tanto al sufrimiento.

Para suprimir el sufrimiento, dijeron que no había que percibir cosas, entonces muchos de ellos se encerraron en cavernas, otros taparon sus ojos y sus oídos, otros hicieron ciertos tipos de yoga a fin de dominar su cuerpo para que no percibiera.

Algunos, para entrenar a su propio cuerpo utilizaron castigos: dejaron sus cuerpos sin comer, sin beber, se acostumbraron al frío y a los calores excesivos por distintas vías del faquirismo, algunos quedaron ciegos mirando el sol, otros dejaron sus miembros rígidos sin poderlos mover y fueron convirtiendo sus cuerpos en objetos, a fin de que las sensaciones, las percepciones, no perturbaran su mente; aún en la actualidad existen esas escuelas faquiristas y no crean que existen sólo en la India, hoy existen monasterios cristianos adonde algunas religiosas se entierran por toda su vida en una pieza y no hablan con nadie, no toman contacto con la naturaleza prácticamente. De manera que muchos trataron de suprimir el sufrimiento suprimiendo la percepción.

Otros fueron más adentro y dijeron: “es la imaginación el problema”. No importa entonces percibir el mundo, basta que luchemos contra la imaginación a fin de que las cosas que vemos no nos hagan imaginar cosas, entonces se estructuraron muchas técnicas para taponar la imaginación. Entonces la gente se volvió estéril, entonces no generó ninguna cosa, entonces se perdió el gusto por la creatividad y por el arte, porque todo aquello era imaginación y la imaginación lleva al deseo y éste al sufrimiento.

Otros se preocuparon por el problema del deseo, yendo más adentro y dijeron: “no hay que desear, porque si deseamos algo, eso nos va a crear contradicción” La mejor forma de no desear nada es no querer nada tampoco, entonces ellos se entrenaron en no querer nada. Y entonces estuvieron sometidos mucho tiempo al temor de desear algo, entonces se fueron encerrando en sí mismos, se fueron contrayendo, de manera que bastaba que alguna cosa les gustara un poco para sufrir internamente la sensación de pecado.

De manera que en un caso en el otro o en el otro, en todos funcionó la represión como sistema. Funcionó básicamente la palabra “no”, funcionó la palabra “prohibido”. Funcionó, en definitiva, la represión. Frente a un objeto que me es placentero, si yo niego a ese objeto, aunque haya sacado a ese objeto, sigo relacionado con ese objeto, luego me preocupo por no haber tomado ese objeto. De manera que, tenga el objeto presente o que el objeto desaparezca, siempre estoy ligado a él. Entonces continuamente sufro el péndulo interno: estar adherido a los objetos y luego rechazar esos objetos.

Entonces si yo me planteo esto de desadherirme de los objetos, en realidad creo un péndulo interno, es muy distinto decir que frente al objeto placentero, yo tomo el objeto placentero a decir que yo ando buscando el objeto. Buscar el objeto placentero es lo que me crea contradicción, es la búsqueda de la imaginación lo que está en contradicción, no es el placer el que trae contradicción.

Cuando ustedes comen algo que les agrada, no sufren contradicción; ustedes sufren contradicción cuando andan buscando continuamente aquello que les agrada. De manera que la contradicción no está en el placer, sino en la búsqueda del placer. El sufrimiento está en la búsqueda del placer, y no en el placer en sí. Lo más que puede suceder con el placer es que ésta tensión luego se descargue. En realidad a ustedes les agrada comer ciertos alimentos cuando tienen hambre, en primer término porque tienen las grabaciones de objetos similares y reconocen el gusto, y en segundo término porque el reflejo del hambre es un reflejo a nivel visceral, es una excitación biológica y al llenar ustedes el buche de alimento, saturan ustedes esa excitación biológica. De manera que siempre funciona en el sistema de placer, la tensión y la relajación.

Incluso una situación dolorosa se convierte en placentera cuando retiramos el factor “dolor”, esa espina que está provocando el dolor, al ser retirada, provoca placer. No es que estemos en situación de placer. Estamos en situación de dolor que al ser retirado surge el placer. De manera que, si se ve correctamente este péndulo entre el placer y el dolor; entre la tensión y la relajación, se pueden comprender muchos fenómenos de la vida diaria.

En ningún caso provoca contradicción el sacarse la espina, tampoco provoca contradicción el comer, sí provoca contradicción el buscar a toda costa, cómo eliminar las tensiones internas. Entonces, sucede que estamos en un circulo vicioso: nosotros buscamos aquello que nos quita la tensión, pero ponemos toda nuestra tensión en buscar eso.

Entonces se produce un circuito de retroalimentación, porque nosotros vamos alimentando con nuestras tensiones la búsqueda del placer; al aumentar la búsqueda del placer, también aumentan nuestras las tensiones internas, y entonces, en lugar de ir de un sistema de tensión a otro de relajación, vamos de un sistema de tensión en aumento. Al aumentar este sistema de tensión aumenta nuestra agresividad y aumenta nuestra contradicción interna.

Cuando nosotros hablamos de contradicción siempre distinguimos de lo que llamamos inconveniente o problema, nuestro problema no es acabar con los inconvenientes y los problemas de la vida diaria, nosotros no podemos ni pretendemos eliminar todos los inconvenientes que tenemos en la vida diaria, muchos de estos inconvenientes incluso son estímulos para que nos movamos en una dirección positiva. Nosotros consideramos a los inconvenientes como factores que, de toda manera, no nos impiden desarrollarnos.

Cuando un inconveniente nos coloca en un círculo vicioso, cuando tenemos la situación interna de que no hay salida en esa situación en la que estamos, cuando no podemos movernos en ninguna dirección, decimos que estamos sumidos en la contradicción. Lo característico de la contradicción es el sentimiento de ‘no salida’, es el sentimiento de “repetir situaciones”, no es eso lo característico del problema o el inconveniente diario.

Mucha gente cree que cualquier problemita le genera contradicción, entonces, como todo le genera contradicción, tiene que vivir adentro de una vitrina y parece que es el vivir adentro de la vitrina lo que le crea contradicción. Hay una gran diferencia con esto de los inconvenientes, que si los agrandamos, convertimos a la gente en temerosa, pusilánime, de manera que hemos llegado a este punto: a hablar del sufrimiento referido a la contradicción.

Nuestro problema es el problema del sufrimiento humano, y la ruptura del sufrimiento tiene que ver con la ruptura de la contradicción. Nuestro Trabajo Interno, la aplicación de determinados principios en la vida diaria, pretende, con suavidad, amablemente, sin violencia interna, ir rompiendo las contradicciones a las que estamos sometidos.

Nosotros no planteamos el Trabajo Interno con violencia, no creemos que se pueda salir de la contradicción de un día para otro, nosotros creemos que se puede abrir, en cambio, brechas, rumbos frente a la contradicción.

En esta época en que vivimos, tan vistosa, tan llena de efectos, de fenómenos tan espectaculares, semejantes planteos no tienen ningún sabor, ninguna cosa interesante, quiero decir que en épocas espectaculares, los planteos tienen que ser espectaculares.

Es interesante disfrazarse, es interesante importar gurúes, es importante rodearse de halos misteriosos, porque eso puedo competir con todos los artículos de la sociedad de consumo, pero de ninguna manera puede competir con un planteo tan humilde como el que venimos haciendo.

Parece entonces que nuestro planteo no es entonces, un planteo de competencia, es más bien un planteo suave, de buena voluntad y que ni siquiera sirve para todas las personas, sino que sirve para unos pocos que son también un poco, como humildes internamente, los planteos brillantes son para las gentes brillantes, y los planteos humildes son para las gentes humildes. Eso es un poco lo que pasa con nuestras proposiciones.

Cuando se nos dice que nuestros planteos no son originales para nada y cuando se nos dice que no hemos inventado ninguna cosa, nosotros creemos que ellos tienen razón, tienen sobre todo razón de que estos no son planteos nuevos, y además tienen mucha razón de no aceptarlos para su propia vida, pero por lo menos podrían considerar que a lo mejor a nosotros nos sirven. Es que nosotros no queremos avanzar sobre nadie, nosotros queremos resolver nuestro problema de contradicción y eso es todo.

Y luego que no nos culpen si no somos más brillantes, porque no es esa la intención; cuando una persona suma 2 + 2 = 4, no es correcto que venga otra persona a decirle que haga raíces cuadradas.

Esta bien, cada uno en su medida, por eso en nuestro planteo siempre hemos dicho que es para los que llevan el fracaso en su interior, no es para gente triunfadora, es para la gente que se reconoce contradictoria, que se reconoce fracasada. Fíjense que a nadie le gusta reconocerse fracasado internamente, ya ven ustedes porqué somos tan pocos. Somos tan poca gente porque hay muy pocos fracasados, o a lo mejor hay muchos fracasados, pero posiblemente pocos que se consideren fracasados.

Esto del fracaso parece una idea de algún interés, porque hasta tanto uno no considere seriamente que no tiene salida y que su vida es un círculo vicioso, que su vida es una continua contradicción, ya sin sentido, entonces tampoco puede trabajar seriamente. No es más que eso.

Sobre la búsqueda del objeto

Creo que nuestro gran problema es que todos buscamos objetos, y que algunos pueden no buscar objetos, pero pueden buscar completarse internamente. Esa búsqueda también trae contradicciones, hay quien se considera incompleto internamente, entonces hace fuerza por integrarse internamente, por ser completo en sí mismo. Si alguien busca objetos afuera, o sea que busque completarse internamente, de los dos modos sufre contradicción.

En general los buscadores de las cosas espirituales o la conciencia mística o buscan a Dios o buscan estar completos, iluminados. El Buda planteó ese mismo problema y explicó que para lograr la iluminación no había que buscar la iluminación; pero entonces ¿cómo uno va a lograr una cosa si no la busca?. Es que nosotros no buscamos lograr una cosa, nosotros no planteamos esto en sentido posesivo, nosotros no decimos que haya que tomar algo para integrarlo, que haya que tomar objetos para tenerlos; nosotros decimos otra cosa: hay que suprimir la contradicción, suprimir el sufrimiento.

Nosotros definimos nuestro Trabajo no como de mano llena, sino como de mano vacía. Ustedes saben cómo se cazan algunos monos: se coloca arroz en un tronco de un árbol con un orificio pequeño, entonces el mono mete la mano en el agujero, toma el arroz y entonces no puede sacar la mano, el ve que lo van a cazar, pero no quiere soltar lo que tiene en la mano. El mono sufre una gran contradicción.

Nosotros decimos de soltar las búsquedas internas. Nosotros no nos rendimos ante el dolor, a nosotros nos preocupa salir de la contradicción, entonces esa preocupación no está en adquirir cosas, sino en dejar mentalmente cosas. Tu puedes tener cosas en la vida cotidiana, pero tú no estás buscando llenarte de cosas. A ti te pueden interesar mucho los fenómenos superiores de conciencia, pero si tú buscas esos fenómenos de conciencia, te creas mucho dolor interno. Parece que se lograran cosas haciendo el vacío y no llenándolo. Tú lograrás más atención cuando trates de lograr un vacío de tu mente y no cuando la contemplas sobre un objeto, así sucede con muchos fenómenos.

En general nosotros estamos habituados y educados a lo opuesto, estamos acostumbrados a tomar, no sólo objetos sino personas. Nosotros queremos tomar los sentimiento de las personas, queremos ser queridos, nosotros queremos ser reconocidos, queremos ser amados. La misma forma nuestra de amar es una forma posesiva. Nosotros amamos con violencia, no se nos ocurre cómo podríamos amar sin cierta violencia, pero para todo hay formas.

Está bien que nosotros conozcamos cosas, que nos informemos acerca de cosas, uno puede informarse de muchas cosas, pero no pueden imponerse creencias de que nuestra información soluciona los problemas, en general la gente de formación intelectual cree que el acumular datos soluciona sus problemas internos, en realidad soluciona muchos problemas de la vida diaria, es gracias a la experiencia social acumulada, es gracias a que la gente que ha ido trabajando con datos, con técnicas, que la humanidad ha ido removiendo muchos problemas, nosotros no podríamos estar hablando acá, si muchas generaciones no se hubieran esforzado en elaborar un lenguaje, elaborar por último la ropa que usamos.

De ninguna manera descalificamos el esfuerza humano por solucionar los problemas inmediatos. Nosotros estamos diciendo simplemente que el Trabajo Interno puede no ser similar al trabajo que se hace en la naturaleza, en el sentido que nosotros estamos acostumbrados a la lucha con la naturaleza, con las leyes naturales, y está bien, así se mueve la humanidad.

Pero puede ser que esa forma no sea adecuada para el Trabajo Interno; entonces nosotros distinguimos muy bien en todo el trabajo que se hace en la naturaleza, en la vida diaria, y la actitud mental que se tiene sobre las propias contradicciones. Si la naturaleza nos impone lucha y todo ese fenómeno de alteración, tal vez la compensación de todo eso deba buscarse en la quietud interna.

Nosotros somos muy amigos de generalizar y de creer que las leyes son iguales para todos los fenómenos universales, pero tienen distintos planos de aplicación, en el plano de lo interno, no parece válido el sentimiento de posesión, en la lucha con la naturaleza parece imprescindible la posesión.

Lógicamente que el sentimiento de posesión, puede tener un carácter más social que individual, a medida que las sociedades avanzan el sentimiento se va haciendo más social que individual, pero en materia de Trabajo Interno no vemos este progreso, no vemos esta evolución. Nosotros con nuestra conciencia individual, con nuestro yo individual, filtramos todos los datos que vienen del mundo, o interpretamos al mundo según ese filtro, y las cosas pueden ser muy diferentes a las que filtra nuestro yo.

Hay algunos que han llegado más lejos todavía y han creído que su yo debe ser inmortal, imagínense ustedes que aburrido puede ser vivir varios millones de años con ese mismo yo, con ese yo individual, si para colmo es un yo en contradicción y sufrimiento.

Cuando ustedes por algún accidente han experimentado una alegría muy grande -súbita- o han experimentado una comprensión muy grande también de las cosas, esos fenómenos súbitos de gran emoción o de gran comprensión, observen ustedes que en esos casos no han pensado en su yo, da la impresión que hubiera sucedido otra cosa, que el yo hubiera desaparecido. Ustedes no se han dicho en ese momento: ¡qué me esta pasando!. Ustedes más bien han contemplado y han sentido esa experiencia y cuando ustedes se han puesto a pensar qué es lo que les está pasando, tal fenómeno ha desaparecido.

No se sabe si el fenómeno desaparece porque aparece el yo, o a la inversa, lo cierto es que este fenómeno es incompatible con el yo sicológico. Ustedes sin embargo pueden decir que han tenido esa experiencia, pero saben que esa experiencia no es la misma que tienen con el yo sicológico. Esa experiencia no es posesiva, esa experiencia es muy amplia, como universal, esa experiencia ni siquiera la atribuyen a ustedes y tiene la emoción que esa experiencia debería estar comunicada a toda la humanidad, cuando ustedes realmente la han sentido.

Estamos hablando entonces de un fenómeno notable para la conciencia humana, en donde el yo posesivo no aparece, en donde no aparece la búsqueda y algo se produce, y cuando queremos producirla no funciona, tampoco se logra por eso de buscarlo.

Si nosotros buscamos sentirnos bien, es probable que no lo logremos, si en cambio nosotros, esta tensión emotiva que tenemos por estar juntas varias personas, tratamos de disiparla internamente, de relajarla, de aflojarla, en realidad no estamos tratando de adquirir cosas, en realidad no estamos pensando en sentirnos bien, estamos pensando simplemente soltar las tensiones emotivas y si podemos trabajar en eso de soltar las tensiones emotivas, nos sentimos bien. De manera que procedemos con la mano vacía; nosotros no buscamos sentirnos bien, nosotros buscamos aflojar esta tensión, entonces nos sentimos bien por añadidura. Ese es el sentido del Trabajo, y no es un renunciamiento ni es un sacrificio, ni es una autoeliminación. ¿Entienden aproximadamente la idea?.

No mucho más, salvo el gusto de haber estado con ustedes.