1995
Charla de Mario con Pepe
(que hacer respecto a la contra en España)
Hace algunos años, no muchos, cuando la contra quería desacreditar públicamente a una persona o un grupo le atribuiían las mayores atrocidades, los acusarban de ser «rojos» o «homosexuales.»
Ahora, para acusarlos al mismo tiempo de ambas cosas, y hasta de no trabajar, creen que sea más interesante usar el término «secta.»
Esto es inducido principalmente por la secta de la mayoría que es la Iglesia Católica, (como de costumbre nosotros siempre señalaremos con el dedo a la iglesia católica aunque no nos ha atacado en toda ocasión), puesto que su objetivo es introducirse en las familias y hacerles el lavado de cerebro a la gente, pero no a los de veinte años, sino durante su más tierna edad, la infancia. Ellos deforman, tuercen y enseñan sus cosas bajo horribles amenazas con la complacencia de los gobiernos que invierten en situaciones difíciles.
Estos gobiernos, por su conveniencia, levantan una cortina de humo usando los productos en descomposición del sistema: los dementes y los grupos terroristas tratando de conectarlos a los grupos juveniles organizados. Por los medios de comunicación, y usando la comunicación que está a su servicio, basada sobre la manipulación y sobre las mentiras, atribuyen a estos grupos todo tipo de crímenes para destruirlos.
La recesión continúa en aumento y a un siempre mayor porcentaje de desocupación juvenil corresponde un fenómeno creciente de este tipo. Lo que quieren es que cada joven entre en sus canales, y si eso no ocurre no tienen nada mejor que anularlo. Estos jóvenes para ellos están de más, y además molestos.
Desde el punto de vista social, la gente joven es la más productiva, dinámica y móvil.
Por eso tienen que ser acusados de fanatismo o algo de igualmente siniestro. En más, los fundamentalistas islámicos, (la secta islámica, la secta «Chiíta»), está creando muchos problemas, y la contra está atemorizada que situaciones parecidas también puedan crecer en las áreas «civilizadas». Pero fundamentalmente el problema es que tendrán grandes dificultades si la juventud organizada se revelara fuera de su control.
En Alemania ya están teniendo grandes desórdenes con desocupados, huelgas, etc., fenómenos impensables hasta hace poco. La más alta porcentual de desocupados está entre los jóvenes, así que en poco tiempo saldrán con esta absurdidad de sectas en Alemania. Pero esto también dependerá de la población, y de cuánto ésta creerá en la telenovela televisiva, porque una cosa es intentar tomar el control del sistema y otra es ver si lo logran. Masas de jóvenes se reúnen para después disolverse, como sucede en un concierto o en un partido de fútbol pero ninguna organización nace de esto. Si observamos bien, la cosa más importante para la juventud no es el futbol o la música, a ellos les gusta unirse en la espera de «algo que tiene que ocurrir”.
Quien tiene el poder, quiere que la gente crea de estar libre, de poder decidir, organizarse y hacer lo que quiere, pero siempre dentro de un orden preestablecido, por los canales que ellos quieren.
Todos saben que es una multinacional, como se expande y como trata a las personas (como objetos intercambiables y dispensables), como controlan y quiebran a la gente. ¿Puede alguien dudar su liderazgo? ¿El jefe puede ser llamado a responder? ¿Puede un empleado creer reclamar por qué no tiene voz en capítulo en las decisiones o en el management? De hecho, ésta es una secta.
También la masonería, fruto del viejo liberismo, es en comparación mejor aceptada. Observa si no habría sido fácil acusar la masonería de ser una secta con sus grandes maestros, sus vestimentas, sus espadas y sus curiosas ceremonias. No, no hay problemas con la masonería.
La contra busca, (aunque de modo grosero), de bajarnos en un calderón oscuro y difuso de sectas. Cualquier cosa que organiza y estructura a los jóvenes fuera del control del sistema para ellos es un problema. Por eso tratan de cerrar cada canal a la expresión organizada que pueda causarles problemas. Así, que no hay cosa mejor que tratar de desestructurarla y destruirla. Las estadísticas indican que los mayores desórdenes debidos a la desocupación se da entre los jóvenes, causados por la falta de trabajo, de horizontes y de la falta de valores. Cada cosa unida a esta desestructuración juvenil puede convertirse en mercancía para estos peces gordos del anti Humanismo.
¿Qué podemos hacer?
¿Qué mejor que atribuirles a los jóvenes todo tipo de crímenes?
Están pensando en legalizar las drogas y distribuirlas en las farmacias para que puedan ser al alcance de la mano, económicas y mejores del suicidio, del alcohol y de cualquier otra cosa. Ésta es la guerra de la vieja generación dirigida hacia las nuevas que están sufriendo el impacto del malestar económico. Ellos quieren producir de los «sin cerebro» que no le compliquen las cosas.
Esta es la cuestión: quieren cerrar todas las puertas a la juventud poniéndolos bajo presión a través de sus familias, los amigos y el trabajo, difundiendo sus informaciones siniestras sobre las sectas. La gente, en realidad, no lo cree, pero prefiere pensarlo como algo blando, como la telenovela. Y esto se repite: a la gente le gusta, lo hablan pero no lo creen. Yo no creo que ésto sea significativo para la gente común. Yo no creo que esto tendrá alguna repercusión, pero ésto puede influenciar a nuestra gente porque está tocada. Incluso las familias de nuestros amigos pueden ser influencidas, y no porque les creen sino porque pueden ser señalados. ¡La mejor cosa que podemos hacer de nuestro parte acerca de la contra es morirse de la risa sobre esta telenovela!
La institución de la TV española en sí no parece una cosa buena, ese programa ya ha sido también aquí mandato en onda, en Argentina. De un punto de vista internacional, ellos parecen terribles con aquel tipo de telenovela grosera que han enfatizado groseramente un objeto que en otras áreas es mucho menos creíble.