Capítulo XIII, expone los principios de acción válida. Estos principios son nuestra moral, nuestra conducta en la vida, que a modo de sugerencia y nunca con carácter de obligatoriedad, se exponen a quienes deseen llevar adelante una vida coherente, basándose en dos registros internos básicos: El de unidad y el de contradicción. De manera que la justificación de esta moral, se encuentra en los registros que produce y no en ideas o creencias particulares relativas a un lugar, a un tiempo o a un modelo cultural. El registro de unidad interna, está acompañado por algunos indicadores a tenerse en cuenta.
- Sensación de crecimiento interno.
- Continuidad en el tiempo y
- Afirmación de su repetición a futuro.
La sensación de crecimiento interno, aparece como un indicador verdadero y positivo acompañado siempre de la experiencia de mejoramiento personal, en tanto que la continuidad en el tiempo permite comprobar en situaciones posteriores al acto o imaginadas con posterioridad al acto o cotejadas en el recuerdo con situaciones posteriores al acto, si éste no varia por el cambio de situación. Por último, si pasado el acto se experimenta como deseable su repetición, decimos que se afirma la sensación de unidad interna.
Los actos contradictorios pueden poseer algunas de las tres características o ninguna de ellas, pero en ningún caso las tres características de los actos unitivos.
Sin embargo, existe otro tipo de acción, que no podemos estrictamente llamar válida ni tampoco contradictoria. Es la acción que no obstruye el propio desarrollo ni que produce tampoco mejoramientos considerables. Puede ser más o menos desagradable o más o menos placentera. Pero ni agrega ni quita desde el punto de vista de su validez. Esta acción intermedia es la cotidiana, la mecánicamente habitual, tal vez necesaria para la subsistencia y la convivencia pero no constituye en sí un hecho moral de acuerdo al modelo de acción unitiva o contradictoria, según venimos examinando.
El tema de los Principio; es comentado y desarrollado con el apoyo de leyendas representativas y de ejemplos del Libro de la Comunidad, capitulo II, y en el que los rotula como: Principio de adaptación, de acción y reacción, de acción oportuna, de proporción, de conformidad, del placer, de la acción inmediata, de la acción comprendida, de libertad, de solidaridad, de negación de los opuestos, y de acumulación de las acciones.
Habiéndome remitido a las explicaciones que se proporcionan en este libro, quedamos eximidos de nuevos comentarios.