La opinión cultural
14 de Abril de 1974
Reportaje al adalid de una doctrina religiosa y social
¿Quién es Silo?
El siloísmo se autodefine como “Una doctrina religiosa-social”, ya que dice entender al ser humano como criatura divina para la naturaleza histórica y social. El movimiento tuvo origen reconocido el 4 de mayo de 1969, en Mendoza, cuando Mario Luis Rodríguez -más conocido como Silo-, lanzó una arenga pública en la que se conocieron los lineamientos de su doctrina extendida en grupúsculos por varios países. Básicamente, el siloísmo propone: 1) Lucha a favor de la paz mundial y contra la violencia física, económica, racial y religiosa. 2) Lucha contra toda forma de autoritarismo. 3) Lucha por la liberación social, cultural y psíquica. En contra de la explotación capitalista, del colonialismo cultural y de la coacción psíquica. 4) Igualdad de base económica. 5) Ubicación de la economía, ciencias, técnica y arte a escala humana, es decir, al total servicio del hombre. El corresponsal de La Opinión en Mendoza, David Eisenchias, entrevistó a Silo la semana pasada y éste respondió a los muchos interrogantes que su movimiento suele plantear.
-¿Quién es usted Silo?
-Yo me llamo Mario Luis Rodríguez. Nací en Mendoza el 6 de enero de 1938. Mi padre era subgerente -después llegó a gerente- de Bodegas Giol. Hice los estudios secundarios en el Colegio de los Hermanos Maristas. Empecé a estudiar derecho en Córdoba, pero me cansé y me fui a recorrer a dedo América Latina. Eso fue más o menos en 1960. Llegué hasta Colombia. Volví y me puse a estudiar Ciencias Políticas en lo que entonces era la Escuela Superior. Llegué hasta tercer año, con un promedio de diez. También dejé, porque eso no satisfacía mi manera de ver las cosas. Fui a Europa y cuando volví entré a trabajar de empleado en una alcoholera.
-¿Era la primera vez que trabajaba?
-En un empleo regular, sí.
-Cuando estudiante, ¿había intervenido en las luchas políticas?
-En el secundario había sido antiperonista, quizá por el autoritarismo del Movimiento. Pero en la universidad me mantuve aparte de todo eso.
-¿Cuándo empezó la evolución que lo llevó a ser Silo?
-Allá por 1964, con diez amigos. Nos fuimos a Jujuy a alquilar un campo por trescientos pesos. En una mitad del campo cultivamos maíz y en la otra mitad combatíamos la maleza y al fin levantamos una choza. Como en esa época había guerrilla en el norte, la policía nos acusó de guerrilleros y nos arrestó. Estuvimos presos durante doce días y al final nos acusaron de tener un pico y una pala de un vecino. Salimos y volvimos a nuestro lugar. Nos habían derribado la casucha que teníamos. Reconstruimos todo y nos quedamos seis meses más. Ocho hombres se enfermaron de tifus. La policía nos seguía presionando para que nos fuéramos, pero no aflojamos. Nos quedamos hasta terminar la experiencia, que en total duró nueve meses. Estudiábamos economía, sociología, historia, pero sobre todo religión basándonos en la búsqueda de “lo interior”. Al salir nos dispersamos con el propósito de difundir las ideas que habíamos asimilado. Cada uno desarrolla desde entonces lo que había aprendido sobre sí mismo. Por ejemplo, eso del ensueño. Junto a lo real está el fantaseo. El sistema lo aprovecha para meter ideología y propaganda propia. El ensueño es un mecanismo paralelo al estado conciente. Descubrimos que lo “no conciente” planteado por Freud ya estaba en el pensamiento tibetano. Vimos también la posibilidad de desarrollar el pensamiento humano. El hombre es un ser abierto, un ser no terminado, incompleto, con posibilidad de evolucionar. Es lo que está por ejemplo en Kierkegaard y en la literatura existencialista. El es básicamente un ser histórico, no sólo natural. Esta historicidad del hombre tiene que ver con la acumulación de la experiencia social. El desarrollo de la conciencia debe ser desarrollado paralelamente junto a las condiciones sociales.
-¿Qué determinó la aparición de Silo?
-En 1968 me fui a Punta de Vacas (N. de R: Un lugar en la precordillera de Mendoza, más de tres mil metros de altura). Lo alquilé por dos años. Quería meditar.
-¿Tenía contacto con el resto del grupo de Jujuy?
-Sí; eso fue el germen de una organización.
-¿De dónde salió el nombre de Silo?
-A mí siempre me pusieron sobrenombres. Como tengo brazos y piernas muy largos en el colegio me llamaban Araña. Como tengo la pigmentación menos blanca que la gente de mi casa, me llamaban Negro. En el Arenal, en Jujuy, me empezaron a llamar Silo. No se si porque el silo guarda grano o porque es alto y largo, como yo. Los compañeros decían que yo siempre llevaba la delantera.
-¿No dirige usted a los grupos que surgen en otros lugares del país?
-No, son grupos espontáneos. Se desarrollan según sus gustos. Pero hay contactos.
-¿Pero no le ven siempre a usted como una especie de conductor?
-Esa es una palabra que no nos gusta. Más bien me ven como uno que está más avanzado.
-El Movimiento tiene su nombre, que en la referencia a los granos parece insinuar que tiene algo para dar a los demás; el símbolo de la agrupación, un triángulo dentro de un círculo, se hace con la última letra de su nombre. Son indicios de personalismo.
-Creo que sí. Eso lo hemos discutido mucho. Pero es un personalismo psicológico, no administrativo. Es un poco la idea de una Federación Anarquista.
-Las federaciones anarquistas siempre tuvieron un Bakunin, un Malatesta o un Nettlau. Por ejemplo, ¿quién decide si lo que hace y elabora el grupo de Catamarca está dentro del siloísmo?
-Nosotros tenemos en cuenta la imagen “que florezcan cien flores”. Tenemos confianza en el desarrollo de la historia. El mismo proceso se encarga de decantar. No manejamos. No nos preocupan las contradicciones: hay que asumirlas, no combatirlas.
-¿Qué pasó en Punta de Vacas?
-Me fueron a visitar amigos para proponerme que empezáramos a transmitir nuestras ideas publicitariamente. Dejamos lo político y lo social de lado, dado el momento en que vivíamos. Se insistía en la religión interior, en la reflexión, en el pacifismo y en la elevación interna. Era un tiro por elevación contra Onganía. Hicimos una arenga el 4 de marzo de 1969. Hubo entre 500 y mil personas. Por el éxito llevamos esa práctica a varios lados. En Córdoba nos disolvieron con gases; en el barrio Yapeyú nos dieron con todo. Después dimos una conferencia de prensa en Buenos Aires y quisimos hablar en Plaza Once pero la policía no nos dejo y disolvió a la gente por la fuerza. Entonces nos llamamos a silencio.
-¿Ahora cómo trabajan?
-Se sacan libros, folletos, se habla con la gente.
-¿De dónde sale el dinero?
-De la misma gente, de sus colaboraciones.
-¿Las librerías venden tanto como para mantenerse solas?
-Sí, se trabaja mucho y a pulmón. Los que hacen el trabajo no cobran dinero.
-Pero tienen varias librerías.
-Todas venden bien.
-Cuando recomenzó la actividad política se lo vio muchas veces en Mendoza junto a dirigentes del Partido Justicialista.
-Tengo amigos peronistas. Ellos habían estado en la resistencia y teníamos el mismo enemigo. Pero no hubo participación política por nuestra parte. No podía haber colaboración. Habíamos sido antiperonistas.
-Usted. ¿Y los demás?
-Tenemos de todo.
-¿Tienen obreros también?
-Pocos. Entre otras cosas, por nuestro idioma particular. Pero tenemos grupos trabajando en Avellaneda y en otros lados.
-¿Cómo llegaron a los otros países?
-Por dispersión. Los muchachos se van sin un peso, buscan a los amigos, se acercan, se meten.
-En su doctrina hay cosas similares a algunos principios del cristianismo primitivo. ¿En qué se diferencian de él?
-No creemos en un Dios externo.
-Pero dicen que el hombre es una criatura de origen divino.
-Sí, pero no de un Dios personal. Tampoco creemos en el cielo y el infierno.
-En lo social hablan en forma parecida a las encíclicas papales.
-Tenemos una diferencia esencial con el cristianismo. No estamos ni con la represión ni con el castigo ni con la culpa. Lógicamente no creemos en eso. Para nosotros son formas de negación. Nosotros hacemos hincapié en lo positivo, ellos en lo negativo. También hay diferencias teológicas: para ellos, un dios personal: para nosotros, no. creemos en la inmortalidad del espíritu pero depende de lo que esté en la tierra. El espíritu se va formando con el hombre, no nace con él.
-¿En cuántos países tienen adeptos?
-En el Brasil, la Argentina, Chile, Perú, Colombia, Venezuela, Costa Rica, Honduras, México, Estados Unidos, España, Francia, Italia, Yugoslavia, Inglaterra y Filipinas. Nos estamos dispersando en otros países, por ejemplo en el campo socialista. En estos países sólo nos reprimen cuando hay stalinismo.
-¿Qué los distingue del marxismo?
-En realidad, nos distinguimos más del leninismo que del marxismo. Nos diferenciamos del leninismo en la concepción del partido como vanguardia organizada de la clase obrera. Esto deriva en centralismo que nos lleva a la estratificación: la estructura no es vertical como dice el leninismo, sino horizontal. Para nosotros debe haber descentralización y horizontalidad.
-La primera afirmación supone que el leninismo no es la continuación legítima del marxismo.
-Significa que el marxismo puede dar lugar a distintas corrientes de interpretación. La historia dirá cuál es la correcta. Otra diferencia que tenemos con el leninismo es la que se refiere a la revolución violenta.
-Que está en Marx.
-Sí, pero en Lenin se perfecciona.
-¿En qué coinciden con Marx?
-En muchas cosas. Las clases sociales, las luchas de clases. Pero nosotros creemos que el motor es la lucha de las generaciones.
-¿Dentro de veinte años Silo será reaccionario?
-Nosotros reconocemos la ley de la superación de lo viejo por lo nuevo. Vemos el desgaste de una generación y la superación por otra que viene detrás. Aunque el proceso histórico no es discontinuo (y funciona a saltos) sucede que los elementos progresivos de una generación que cae pasan a incorporarse a una actitud nueva. Las generaciones se encargan en su dialéctica de ir asimilando los elementos progresivos.
-¿Cuáles fueron las relaciones con el F.U.J.? (Frente Unido de la Juventud).
-Salió de un grupo de Jujuy; lo declararon ilegal, pero empezaron a salir en otras partes. Se pensaba en la trampa que estaba armando Lanusse y queríamos denunciarla públicamente. Queríamos la candidatura de Perón.
-¿Con todo lo autoritario que es?
-En ese momento no era una cuestión subjetiva. Nosotros veíamos que Perón no podía ser autoritario. Cuando no pudo ser candidato largamos el contravoto para darle un mentís al gobierno. Cuando después vino Perón como candidato, lo apoyamos. Nosotros creemos que se pude derrotar al sistema sin violencia. En su medida Gandhi lo hizo para echar a los ingleses.
-Fue una liberación política, no social.
-Fue un avance, de todos modos. Y a Gandhi lo mataron. Pero nosotros queremos destacar el derecho a réplica o a la autodefensa. Una cosa es llevar la delantera en la agresión y otra es defenderse cuando hay peligro evidente para las personas. Hasta el derecho burgués habla de autodefensa. A veces la autodefensa puede ser un contraataque. Subjetivamente es muy distinto; creemos que la vía pacifista puede ser la más apropiada para llevar el proceso hacia el socialismo.
-Hay varias interpretaciones de socialismo. ¿Cuál es la suya?
-La apropiación de los medios de producción por parte de los trabajadores para construir una sociedad sin clases.
-¿En qué están ahora?
-Algunos están en el partido, otros escriben libros, andan en cine-clubes y en teatros. Sobre todo hay un acercamiento a las bases. Pero no somos un movimiento de masas (aún), sino de cuadros. Distinguimos tres etapas: 1) El movimiento de minorías, con todos los límites que pueda tener, pero que realiza la praxis social; 2) Ese movimiento genera grupos que contacta en la etapa de los cuadros; la tercera es la del movimiento de masas en el que esos cuadros interpretan el sentir y el espíritu de las bases: a través de los cuadros empieza a hablar el pueblo.
-Esa parece una posición elitista en que un grupo se considera intérprete del pueblo.
-Nosotros creemos que no es así. La minoría trata de concienciar a su modo, pero llega un momento en que la masa se expresa a través del cuadro. En ese momento la organización se convierte en el instrumento de las masas, que son las que dirigen el proceso. Las masas se expresan a través de los instrumentos más adecuados.
-Entonces, ¿puede ser que en el futuro Silo sea un conductor de masas?
-No tenemos ninguna vocación de poder.
-¿Qué significa el triángulo que va dentro de la “O” de Silo?
-Las tres revoluciones: social, cultural y psicológica.
-Cuando hablan de imperialismo, ¿a qué se refiere?
-Al yanqui, sin ninguna duda.
-¿De qué vive Silo?
-De la producción y comercialización de aceitunas negras en aceite.