Quinto: Ver en la memoria la tendencia.
Experimenté que toda representación y, en general, todo objeto de conciencia, está relacionado con actos. Y que las retenciones de la memoria se actualizan de contínuo frente a cualquier nuevo acto que se proponga la conciencia. Todo acto de conciencia trabaja con retenciones, actualizaciones, o protensiones. Es decir, la conciencia trabaja recordando, actualizando o futurizando. Existen innumerables combinaciones de tiempos en la conciencia. Pueden existir tiempos de conciencia «pasado-futuro», pero que yo actualizo a la vez. Por ejemplo: en este momento, ahora, recuerdo cuando era niño, que pensaba ser cuando grande: ingeniero. ¿Observan ustedes? Combinaciones de este tipo son muy frecuentes en la conciencia. Todo acto de conciencia que se mueve en el instante presente, siempre va involucrando protensiones y retenciones. Todo acto de conciencia, aun cuando trabaje futurizando, lo hace siempre actualizando memoria. Los datos que tengo para futurizar son también datos grabados en la memoria, y la imagen del futuro que pueda tener y los proyectos que yo alimente, están basados en datos de la memoria.
Si ustedes se imaginan el mundo del año cinco mil, de todas maneras lo imaginan con datos que tienen grabados y que ustedes combinarán de modo especial. Producirán síntesis que, claro, no se dan en la vida cotidiana de hoy mundo siglo veinte, pero trabajarán con los datos grabados en la memoria. Esta tendencia de la memoria a surgir, a completar actos, es inevitable. Y no depende de ella misma. Allí descubrí el mecanismo de intencionalidad de la conciencia. Intencionalidad que se manifiesta también, por sobre todo, en la memoria.